Su libro Cómo invertir se ha publicado recientemente en español. Es una suerte que este filántropo, multimillonario, analista financiero y abogado, entre otros, sea también un gran divulgador de temas que tienen que ver con el mundo de la inversión. Conversamos con David Rubenstein de manera telemática desde su despacho en la sede de Carlyle Group, en Washington DC, presidido por una copia de la Declaración de Independencia. Es una entrevista exclusiva que encontrarás íntegramente en el número 14 de Asesores Financieros EFPA, de la que compartimos un extracto.
Aún sabiendo que nadie tiene la bola de cristal, ¿cuáles son sus expectativas y perspectivas con respecto a la inflación? ¿Podemos estar encauzando el problema, o podríamos ver más rebrotes como pasó durante los 70? ¿Cómo valora la actuación de la Reserva Federal?
No es una pregunta fácil. Hasta hace un par de años, y durante los 25 últimos, la tasa de inflación de EE. UU. fue aproximadamente del 2 %, lo que hacía que los precios no fueran un tema relevante. Tras la aparición del covid, EE. UU. Inyectó aproximadamente 5 billones de dólares en su economía para frustrar los efectos bajistas de la pandemia en la actividad. Esos 5 billones, más la flexibilización cuantitativa acordada por la Reserva Federal (Fed), provocó inflación al cabo de un tiempo. La Fed y el Tesoro de Estados Unidos pensaban que la inflación sería de carácter transitorio, que no ha sido el caso, sino que se ha convertido en un fenómeno más duradero de lo que se pensó inicialmente.
Probablemente, al inyectar esa enorme cantidad de dinero en la economía, la Fed debería haber descontado una inflación más persistente. Este rebrote en la inflación ha forzado a la Fed a tener que incrementar los tipos de referencia desde, esencialmente, el 0 % hasta el 5,5 % de forma muy rápida, lo que sin duda ha tenido un efecto importante en la moderación de la subida de precios. Sin embargo, seguimos teniendo un IPC superior al objetivo fijado por la Fed en el 2 %.
Tiendo a pensar que, igual que hemos vivido unos años con tipos extremadamente bajos, ahora veremos cómo los tipos pueden situarse entre el 4-5 % durante más tiempo que el que descuenta una parte de los mercados. Pese a que esta moderación de la inflación será lenta, no creo que la situación pueda compararse con las dificultades de los años 70, donde la inflación fue mucho más alta.
¿Qué expectativas podemos esperar en el capital riesgo en este nuevo escenario de tipos de interés?
El mundo del capital riesgo se benefició de tasas de interés muy bajas. Un entorno donde el crédito barato facilitó el pagar precios más altos y aun así obtener buenos retornos para los inversores. Durante estos últimos 25 años aproximadamente las bajas tasas de interés y una baja inflación favorecieron un florecimiento del capital riesgo. El escenario ha cambiado radicalmente, generándose un entorno más trabajoso, debido a esas tasas de interés más elevadas. La industria del capital privado opera a partir de un potente sistema de incentivos, con profesionales muy competentes, por lo que no tengo dudas de que seguirán surgiendo oportunidades de interés que permitirán obtener buenos retornos. Y la prueba es que se siguen generando transacciones. El operar con tipos de interés más elevados, sí obliga a los inversores a esperar un retorno esperado menor que el que se tenía hace 10 o 5 años.
¿A qué retos se enfrenta la industria en general y los inversores en particular en este nuevo entorno?
El mundo del capital riesgo ha superado a otras clases de activos durante los últimos 25 o 30 años en términos de tasas de rendimiento y creo que ese rendimiento superior continuará en este nuevo entorno. La brecha que se puede encontrar entre los mercados públicos y los privados probablemente se reducirá un poco, dando lugar a un entorno de mercado más competitivo. La subida de tipos ha hecho recuperar atractivo relativo a la renta fija en relación con otras alternativas con mayor riesgo.
Si compraste un instrumento de renta fija hace un par de años, es posible que obtuvieras un dividendo o rendimiento con una tasa de interés del 1 % o 2 %. Hoy puedes comprar bonos de EE. UU. sin riesgo que ofrecen un retorno del 5 %. En esta misma línea, la deuda corporativa ofrece un rendimiento cercano al 10 %, sin necesidad de renunciar a la liquidez. Esto reduce el atractivo de inversiones que, digamos, pueden ofrecer una rentabilidad del 15 % con liquidez limitada. Es de esperar que en los próximos años veamos cómo la renta fija y el crédito atraen más flujos de capital, y menos hacia los fondos de capital riesgo.
¿Cuáles han sido los aprendizajes del proceso de escritura de su último libro? ¿Hay algo que le haya sorprendido, pese a los muchos años que lleva en el oficio?
El hecho de que sea una recopilación de varias entrevistas con perfiles muy diferentes permite extraer algunos elementos comunes. En todos los casos hablamos de personas de enorme talento, que tuvieron unas trayectorias que no son lineales, sino que tienden a estar caracterizadas por obstáculos y baches durante el camino. En algún momento, todos cometieron algún tipo de error, del que supieron extraer aprendizajes que luego se ven claves en su desarrollo posterior como grandes inversores. Se trata de personas muy inteligentes, que tienden a ser buenos con los números, responsables, y ágiles a la hora de rectificar errores.
¿Qué recomendaría a quienes quieren ejercer como inversores?
Un elemento sustancial es la enorme dedicación y trabajo de todos ellos, algo que exige que seas un apasionado por lo que haces, y también que hagas algo que tenga sentido para ti. A quien quiera ser un gran inversor le diría que es importante contar con una sólida educación, trabajar duro, intentar conseguir un buen mentor, y no tener miedo a cometer errores. Es importante localizar un área dentro del amplio mundo financiero que te interese y conocerlo muy bien, para así poder tener un buen desempeño con tus inversores. Por último, ser muy honesto y reconocer que si los resultados no llegan quizás te has de dedicar a otras cosas.
Un elemento omnipresente en todas las entrevistas es la importancia que tiene en los inversores la psicología humana a la hora de tomar decisiones. ¿Cómo gestiona sus emociones a la hora de tomar decisiones de inversión?
Hay ámbitos de la inversión más fríos, como los inversores “quant”, que basan sus decisiones a partir de análisis puramente cuantitativos, tratando de localizar ineficiencias en los mercados a corto plazo, dejando las emociones fuera de la ecuación. Para el resto del universo, básicamente estás realizando acuerdos con personas, lo que hace que inevitablemente las emociones entren en juego. Típicamente, hay dos fuerzas: entusiasmarse demasiado por una operación, o ser demasiado negativo o pesimista sobre algo que hubiera podido resultar bueno o muy bueno.
¿Qué podemos hacer los inversores?
Este elemento humano emocional no se puede eliminar, pero sí se puede gestionar. En el caso de la euforia, a veces es bueno someter a juicio una operación en la que tu seas muy optimista y contrastarla con personas que no lo sean tanto para señalar posibles riesgos, o buscar a gente que mantenga cierta distancia y pueda analizarla de forma más objetiva. Hay que pensar que las emociones no son necesariamente algo terrible. Muchas veces nos pueden ayudar a localizar riesgos u oportunidades, el instinto es una potente arma para muchos inversores. Aunque yo soy más de pensar que un análisis impasible tiende a generar mejores resultados en el tiempo.
El oficio del asesoramiento y la inversión gira en torno a la confianza. En su caso, ¿cómo ha construido relaciones de confianza a lo largo de su carrera?
La confianza es una cosa que generas con el tiempo y que se apoya en elementos como la honestidad con los inversionistas, explicando con transparencia lo que estás haciendo, especialmente cuando uno comete un error, donde es fundamental explicar qué ha pasado y qué se está haciendo para subsanarlo. Al final, los inversores no esperan tanto un retorno sobrehumano que desafíe la gravedad del mercado, sino un desempeño razonable, donde prevalezca una relación de comunicación honesta y transparente, de manera que tengan la información suficiente para tomar la decisión si quieren seguir contigo o prefieren otras alternativas.