Compartimos un extracto de este reportaje, elaborado por Rafael Rubio, y publicado en el número 19 de la revista Asesores Financieros EFPA. En este avance, ponemos el foco en los resultados arrojados por la primera encuesta realizada por EFPA España entre sus miembros asociados sobre este tipo de activos.
Desde los conocimientos más avanzados hasta la más profunda ignorancia, los clientes comienzan a plantearse cuestiones sobre la conveniencia de incluir o no criptomonedas en sus carteras. Y lo hacen mirando fijamente a sus asesores a la espera de algún tipo de respuesta con la que superar la duda de estar perdiendo una oportunidad para un mejor rendimiento de su patrimonio financiero.
Y en eso llegó Donald Trump, Elon Musk, David Sacks, Paul S. Atkins, Howard Lutnick… Y la cotización de
Bitcoin superó los 100.000 dólares y siguió y siguió adelante acompañada en EE. UU. del apoyo institucional. Desde el inicio de este año, resulta difícil para cualquier asesor financiero ponerse de perfil como fórmula para eludir cualquier cuestión planteada por sus clientes sobre la inversión en criptomonedas. No dar una respuesta solo puede sembrar la desconfianza y, lo que es peor, alimentar la duda de estar perdiendo una oportunidad inmejorable para el mejor rendimiento de las carteras.
Encuesta EFPA España a los asesores financieros
Muy desconfiados y sin suficiente formación
Los asesores financieros miembros certificados por EFPA España contemplan con amplia desconfianza y riesgo la posibilidad de recomendar a sus clientes inversiones en criptomonedas. A ello se une un sentimiento bastante generalizado de que carecen de formación suficiente para asesorar sobre inversiones en criptomonedas. Tal vez, la conclusión que mejor refleja la opinión de los encuestados es aquella que recibió el mayor número de respuestas entre las 21 posibilidades que se les ofrecieron en las seis grandes cuestiones planteadas. Para casi el 67% de los asesores encuestados, las criptomonedas son “un activo especulativo, que ofrece tantas posibilidades de obtener rendimientos como riesgos de perder la inversión”.
A la encuesta han respondido un total de 668 asesores y fue llevada a cabo en la primera semana del pasado mes de febrero, cuando la cotización de Bitcoin se movió entre los 99.211 euros (día 3 de febrero) y los 95.270 euros (día 10 de febrero). Estos son los resultados de la encuesta:
¿Qué opina de la posibilidad de aconsejar, en el momento actual, la inversión en criptomonedas a sus clientes?
Un tercio (33,38%) de los encuestados descarta totalmente aconsejar a sus clientes cualquier porcentaje de inversión. Solo un 42,5% consideraría esa inversión en un pequeño porcentaje y para clientes con alto perfil de riesgo. Un 15,5% considera adecuado incorporar criptomonedas en las carteras de sus clientes, en un porcentaje coherente con su perfil de riesgo.
¿Ha recibido por parte de algunos de sus clientes la petición de incorporar en su cartera una pequeña participación en bitcoins?
Pese a la desconfianza que reflejan las respuestas a la pregunta anterior, un 61,5% de los asesores encuestados señala que algún cliente ha preguntado o está interesado en incorporar criptomonedas a su cartera. Pero solo el 7,3% dice que tiene ya algún cliente con criptomonedas en su cartera. Por tanto, existe una amplia inquietud de los clientes sobre las criptomonedas, aunque muy pocos las hayan incorporado a su cartera con la ayuda de su asesor.
¿Cuál es, en su opinión, el mayor riesgo de la inversión en criptomonedas?
Antes que su alta volatilidad, los asesores consideran que el mayor riesgo de la inversión en criptomonedas en este momento es el desconocimiento sobre el funcionamiento de este mercado. En tercer lugar, señalan el riesgo regulatorio, pese a que la reciente puesta en práctica de la MiCA en Europa ha pretendido transmitir una mayor seguridad entre asesores y clientes.
¿Se considera, como asesor, suficientemente informado sobre las características de las criptomonedas para responder y aconsejar a sus clientes sobre ellas?
Se trata de las respuestas probablemente más sinceras y clarificadoras sobre el problema ante el que se enfrentan los asesores en relación con la inversión en criptomonedas. Más del 61% reconoce que no está suficientemente informado y necesitaría una mayor formación para asesorar adecuadamente sobre inversiones en criptomonedas. Por el contrario, un 38% afirma tener amplia o suficiente formación.
¿Cuál es la causa por la que, pese a las fuertes plusvalías obtenidas por buena parte de los inversores en criptomonedas, no ha recomendado su inversión a sus clientes?
Los asesores recurren de nuevo a los riesgos especulativos de las criptomonedas para explicar su resistencia a recomendar su inversión a sus clientes. Sin embargo, en este caso colocan la falta de formación como la segunda causa por la que no han recomendado su inversión a sus clientes. Una de las quejas más frecuentes hasta ahora es la inexistencia de productos suficientemente claros y accesibles para el inversor particular interesado en inversiones en criptomonedas, solo merece el 15,6% de las respuestas de los encuestados.
¿Con cuál de estas definiciones sobre las criptomonedas está más de acuerdo?
La última pregunta planteada trataba de descubrir cómo se situaban los encuestados ante un fenómeno, como el de las criptomonedas, que supera al mundo de la inversión y, a menudo, plantea un interesante debate sobre el futuro de los medios de pago, con todo lo que ello implica para el sector financiero del que forman parte los encuestados. Más de dos tercios de los encuestados responden que, para ellos, las criptomonedas son un activo especulativo que ofrece tantas posibilidades de obtener rendimientos como de perder la inversión realizada.
Esta práctica respuesta deja a mucha distancia las otras posibilidades de respuesta, como la de que las criptomonedas son un medio de pago y una posible reserva de valor alternativa, o aquella otra respuesta muy recurrente últimamente en cualquier debate, que señala que las criptomonedas son las monedas del futuro por sus características de descentralización e independencia y por ser una alternativa al dinero oficial.