Los bonos híbridos corporativos se han consolidado como una herramienta estratégica para las empresas que buscan financiación flexible y para los inversores que desean diversificar con instrumentos de mayor rendimiento. Este artículo resume las principales ideas del webinar organizado por EFPA España, que contó con la participación de Uriel Saragusti, Head of Credit & Co-Head of Multi-Asset – Gestor de fondos en La Financière de l’Echiquier.
Los bonos híbridos son títulos de deuda subordinada que emiten las empresas no financieras para obtener más flexibilidad que con la deuda sénior (como préstamos bancarios o emisiones de bonos tradicionales). Principalmente, estos bonos permiten aplazar el reembolso del principal y el pago de los cupones. A cambio de esta flexibilidad, las empresas acuerdan remunerar a los tenedores de estos bonos con una rentabilidad más elevada que la de la deuda sénior.
Aunque las empresas muy rara vez aplazan los vencimientos de sus bonos híbridos, el temor a que recurran a esta posibilidad puede presionar los precios de los títulos en un contexto de tensiones en el mercado. Por lo tanto, consideramos que lo adecuado para esta estrategia es un enfoque de inversión dinámico, ya que la volatilidad de los tipos y las primas de riesgo brinda oportunidades de optimización de las carteras a lo largo del tiempo.
Características de los bonos híbridos
Una de las características clave de estos bonos es que son emisiones perpetuas o con vencimientos a muy largo plazo. No obstante, el emisor se reserva el derecho de amortización anticipada a partir de ciertas fechas. Sin embargo, el emisor puede optar por no rescatarlo. Los inversores denominan «riesgo de extensión» a la probabilidad de que un híbrido corporativo no sea rescatado: los bonos permanecen en circulación con un cupón reajustado.
Aunque los emisores no tienen obligación de rescate, las normas de algunas agencias de rating impulsan a los emisores a realizar reembolsos mediante refinanciación para mantener el carácter «permanente» de los híbridos dentro de su estructura de capital.
En caso de reestructuración, los bonos híbridos ocupan una posición inferior a la de los bonos sénior. Esta mayor exposición al riesgo se refleja en los ratings, que sitúan a los híbridos por debajo de la deuda sénior del mismo emisor.
Ventajas de emitir estos bonos
Para las empresas, emitir bonos híbridos conlleva varias ventajas. En primer lugar, les permite captar financiación con menor impacto en su nivel de endeudamiento, ya que las agencias de notación suelen clasificar la mitad del importe como fondos propios en lugar de deuda. Así, pueden mantener un equilibrio financiero, especialmente útil en procesos de adquisición o expansión, y mejorar su acceso a financiación futura.
Además, la posibilidad de diferir los pagos de intereses les da flexibilidad para enfrentar periodos de dificultades económicas sin incumplir sus obligaciones financieras.
Los bonos híbridos corporativos representan una alternativa interesante tanto para las empresas que buscan financiación flexible como para los inversores interesados en rentabilidades atractivas. En particular, los bonos híbridos emitidos por empresas no financieras con alta calidad crediticia ofrecen una vía de diversificación frente a los fondos de high yield.