Ya lo dice el refrán: Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. No, el dinero no es el único ‘superglu’ que hace que una pareja permanezca en pie con el paso de los años, pero sí es uno de los materiales que aportan mayor estabilidad a los cimientos sobre los que se levanta. ¿Es posible ahorrar en pareja? No solo es posible sino que además es sumamente necesario.
La falta de recursos económicos, las infidelidades financieras o una mala toma de decisiones en ‘lo común’ puede alterar una relación a priori idílica, por lo que hoy nos parece adecuado celebrar San Valentín reivindicando el papel que tiene una buena gestión financiera en la salud (y el futuro) de la pareja.
Vaya por delante una máxima: no es más feliz la pareja que más tiene, sino la que mejor uso hace para el beneficio y bienestar común.
Aquí van algunos consejos para ahorrar en pareja y no morir en el intento:
Objetivos en común
El primer paso que asegura el éxito de una pareja (y no solo en términos financieros) es establecer objetivos en común a largo plazo. Una pareja define unas metas de ahorro en común y trabaja hacia ellas (por supuesto, las metas en común no invalidan las metas individuales).
Comunicación abierta
Una pareja ‘financieramente’ prometedora no es la que comparte todo sin reservas, sino la que mantiene una comunicación abierta, basada en la confianzan y la sinceridad, en la que se acuerda de forma libre, proporcional y realista el límite de gastos y la contribución al ahorro.
Presupuesto compartido
En este punto, establecer un presupuesto compartido y respetado por ambos miembros será un elemento clave. Para ello, hay que partir de un punto de situación en base a la situación financiera individual: qué puede aportar cada uno.
Asumir la responsabilidad conjunta e individual de las gestiones financieras
Si las tareas no son compartidas, es necesario acotar responsabilidades y compartir el desarrollo de las mismas para que la pareja esté al corriente de cualquier movimiento que afecte a la gestión común y evitar malentendidos.
No despreocuparse de la tarea financiera
Que nuestra pareja sea una ‘negada’ de las matemáticas (o viceversa) no implica que esta se desentienda al 100% de la gestión y no tenga ningún tipo de conocimiento de lo que entra y sale. Compartir tareas o dividirlas es la mejor manera de trabajar hacia una misma dirección y corresponsabilizarse.
No caer en infidelidades financieras
Dicho de otra manera: prohibido ocultar gastos o incurrir en deudas (por muy pequeñas e inocentes que ‘parezcan’) sin el conocimiento de la pareja. Estos ‘secretos’ pueden dilapidar su confianza de forma irreversible.
Revisar juntos el estado de las finanzas domésticas o familiares
Es importante evaluar (en pareja) si se están cumpliendo las metas y si es necesario hacer ajustes para poder alcanzar los objetivos definidos.
Crear un fondo de emergencia
Sí, hablamos del famoso cojín que, si vienen mal dadas o se presenta cualquier eventualidad, nos salva del desastre o del sobreendeudamiento.
Por último, para poder extraer el mayor rendimiento , confía en un asesor financiero certificado que os ayude a elaborar un plan financiero para ahorrar en pareja y seguirlo. Recuerda: las preocupaciones financieras pueden aumentar la tensión en una relación y desencadenar una crisis que saque lo peor de cada uno, pero la consecución de las metas en común a través de unas finanzas saludables es la mejor receta para consolidar y fortalecer la pareja.