Cuenta atrás para la Jornada de Asesoramiento Financiero de EFPA España en Murcia. En este contexto, entrevistamos a María Sola, Senior Sales Associate en RBC BlueBay AM, quien nos ofrece una mirada experta sobre el momento actual de los mercados.
Una visión que también compartirá con los asistentes al encuentro del 27 de mayo, donde María hablará de las preocupaciones macroeconómicas más relevantes del momento y el papel que debe asumir el asesor en un contexto complejo y cambiante.
¿Qué tipo de estrategias están generando mayor tracción entre los clientes en el actual entorno de tipos de interés?
El año pasado empezamos a ver cada vez más apetito por soluciones que iban más allá de los instrumentos a más corto plazo, que tan en auge estuvieron tras la subida de tipos pospandemia. En este sentido, el foco estuvo principalmente en deuda investment grade europea con una duración media, tanto pública como corporativa. Este año seguimos viendo una continuidad en este posicionamiento. Sin embargo, fruto de la incertidumbre provocada por las políticas de la Administración estadounidense, hay un tipo de estrategias que está captando cada vez más el interés de nuestros inversores.
¿A qué te refieres exactamente, María?
Se trata de soluciones que son capaces de abstraerse del ruido del mercado, como lo son aquellas de retorno absoluto, en nuestro caso de deuda investment grade. Y, en nuestra opinión, es una decisión acertada en un entorno donde no hay visibilidad ni direccionalidad. Este tipo de estrategias no trata de seguir al mercado, sino de generar rentabilidad en cualquier entorno a través de operaciones de valor relativo (posiciones largas/cortas) de nombres o emisiones concretas. Es decir, con un enfoque muy bottom up y, además, con una volatilidad muy controlada.
Es cierto que, por la tipología de inversión de la que se trata, el análisis a la hora de escoger una estrategia debe ser especialmente exhaustivo. Su track record ha de ser lo suficientemente extenso como para observar su comportamiento en distintos escenarios y, sobre todo, comprobar si en los momentos de estrés ha aportado realmente una descorrelación.
¿Qué os preocupa a nivel macro actualmente?
Nos preocupa la falta de visibilidad y fiabilidad provocada por los constantes giros en cuanto a materia comercial de la Administración Trump. El impacto que esto puede tener tanto en la inflación como en el crecimiento, no solo en EE. UU., sino también en todos sus socios comerciales, es algo que no debemos perder de vista, a pesar de la reciente moderación de la volatilidad en los últimos días y semanas.
Por otro lado, un punto que tampoco podemos obviar es el problema de la deuda estadounidense. Vale la pena recordar que durante los próximos cuatro años del mandato de Trump, la deuda pública, originalmente emitida a tipos de alrededor del 1,6%, deberá refinanciarse a niveles cercanos al 4%. Así, se prevé que el déficit fiscal alcance el 6,2% del PIB este año, lo que se sumará a una deuda que ya ha alcanzado el 121% del PIB. Y, en caso de una ralentización real de su economía, la situación podría ser aún peor, incluso pudiendo alcanzar un déficit de doble dígito.
Y a esto se suma una absoluta falta de flexibilidad del Tesoro y una muy escasa capacidad de poder contribuir al crecimiento económico. Actualmente, los derechos sociales representan el 61% del gasto, los intereses representan otro 14% y la defensa nacional representa el 12%. De ahí ese reducido margen.
¿Qué mensaje quieres transmitir a los asistentes, María?
Que, en nuestra opinión, los mercados han sido demasiado optimistas en relación con el giro comercial de Trump en abril y que deberíamos estar preparados para nuevos episodios de volatilidad. La buena noticia es que una buena gestión activa debería ser capaz de aprovechar las oportunidades que seguro nos va a brindar un entorno tan complejo como el actual.