Alejandra Pérez es delegada territorial del Comité de Servicios a Asociados de EFPA España en Galicia y una de las voces que se escucharán Avanza, ‘Mujeres y finanzas‘, un encuentro organizado por la asociación que cuenta con la colaboración de Banco Mediolanum, Schroders, Mapfre y Economía Digital Galicia, y que tendrá lugar el próximo 14 de noviembre en Vigo.
Pérez será la encargada de dar inicio a este encuentro único que pone el foco en el papel de las mujeres en el ámbito financiero, su aportación al desarrollo de la profesión y el potencial aún por emerger para la plena igualdad, entre otros temas y tendencias. También en el papel de las certificaciones en la trayectoria de los profesionales del asesoramiento financiero o las preocupaciones de los clientes gallegos en momentos como los actuales.
¿Cuáles es el valor añadido que aportan las certificaciones de EFPA para la labor diaria de los profesionales del asesoramiento?
Las certificaciones EFPA son una marca de calidad para los profesionales del asesoramiento. Un asesor certificado por EFPA acredita, no solo los conocimientos técnicos para realizar su labor diaria, sino también la continua actualización de los mismos y el compromiso de buenas prácticas que llevan aparejado a través de la adhesión al código ético, requisito imprescindible para la certificación. Esos tres pilares definen el valor añadido, y diferencial, que los clientes perciben a la hora de elegir a un profesional certificado EFPA como su asesor financiero.
Además de la superación de los exámenes que requiere cada certificación, los profesionales deben completar una formación continua. ¿Por qué es tan importante esa formación continua en los profesionales?
Es crucial, por cuanto la economía es dinámica, y por tanto las finanzas lo son más aún. Cada día nos encontramos noticias que tienen impacto en los mercados financieros, cuestiones tanto macro como microeconómicas, geopolíticas, de innovaciones en productos, en procesos, en normativas, etc. Todo ello requiere que un asesor financiero esté continuamente actualizándose para poder ejercer su labor con garantías.
La capacitación de un asesor no puede ser una foto fija. La foto fija sería el examen inicial para la certificación, donde se acredita que se tienen todos los conocimientos necesarios de partida. Pero a posteriori es obvio que para que esa certificación mantenga su valor original como distintivo y garantía de calidad, ha de estar dinámicamente actualizada con formación continua que asegure que los estándares superados en el examen, se mantienen en el tiempo.
¿Cuál es la principal preocupación de los clientes gallegos en el escenario actual?
Las preocupaciones de los clientes gallegos en el escenario actual creo que son compartidas con las de los de cualquier área geográfica, puesto que el mundo global en el que vivimos de alguna manera lo hace inevitable. Desde luego la inflación y las subidas de los tipos de interés, con el efecto que ambos factores tienen tanto en la renta disponible de las familias, como en la propia capacidad y coste de inversión, o en las rentabilidades reales, serían es este momento preocupaciones que creo que están en boca de todos. Por supuesto las tensiones geopolíticas y su impacto en diferentes aspectos, como los precios del petróleo, también están en la mente de los clientes.
A nivel más individual, obviamente los clientes se preocupan por cómo lo global impacta en sus objetivos financieros particulares, diferentes en cada caso: vivienda, jubilación, inversiones, planificación patrimonial, etc. Cada cliente es un mundo y sus necesidades y preocupaciones dependen obviamente de sus circunstancias individuales más allá de los eventos globales.
¿Cambia mucho el perfil y las preocupaciones de las mujeres sobre sus inversiones con respecto a los hombres?
En cuanto a las diferencias en perfil y en preocupaciones entre hombres y mujeres personalmente creo que se van atenuando, de la misma manera que los roles tradicionalmente desempeñados en finanzas por unos y otras también se han ido unificando. Y ello parece no solo razonable sino, en mi opinión, positivo en términos de dejar atrás sesgos de género en finanzas.