Durante más de diez años, mesas de trabajo, sillas y armarios han acompañado al equipo de EFPA España en su día a día. Hoy, ese mobiliario inicia una nueva etapa, a miles de kilómetros, cargado de significado. Gracias a su donación a NASCO Feeding Minds, pronto formará parte de aulas digitales en zonas rurales de Ghana, donde ayudará a jóvenes a descubrir un mundo de oportunidades a través de la educación digital.
Ousman Umar emprendió con solo 13 años un viaje extremadamente peligroso desde su aldea en Ghana hacia Europa. Tardó cinco años en llegar y, en el camino, vio morir a la mayoría de las personas con las que viajaba. Cuando finalmente logró establecerse en España, comprendió que nadie debería jugarse la vida para buscar una oportunidad.
Fue entonces cuando entendió que, para evitar que más jóvenes murieran en el mar o en el desierto, la solución no era rescatar personas, sino evitar que tuvieran que marcharse. Y eso solo es posible brindando oportunidades reales de desarrollo en origen. Así nació NASCO Feeding Minds: con la convicción de que la educación digital puede cambiar destinos y ofrecer a las nuevas generaciones de Ghana la posibilidad de construir un futuro digno sin abandonar sus hogares.
En esta entrevista, hablamos con Ousman Umar, fundador de esta ONG, para conocer de cerca su labor transformadora, los desafíos que enfrentan y la visión de futuro que los impulsa.
‘Alimentar’ mentes a través de la educación digital: ¿qué respuesta recibís cuando compartís vuestra visión y las herramientas para conseguirlo?
La respuesta es conmovedora. En Ghana, muchas personas no han tocado nunca un ordenador y, de repente, se encuentran aprendiendo a escribir su nombre en un teclado o navegando por internet. Para ellas, no es solo una clase: es una ventana al mundo, una oportunidad de dedicarse a algo que antes ni conocían, como podría ser el diseño, la programación o la comunicación.
Y aquí, en Europa, o incluso en otros continentes, cuando compartimos nuestra visión, muchas personas nos dicen que sienten esperanza: esperanza de que la cooperación puede ser algo más que caridad, que puede ser una transformación real y duradera.
¿Qué papel juega la comunidad local en la construcción y el mantenimiento de estas aulas digitales?
Un papel clave. Desde el primer momento, trabajamos mano a mano con la comunidad local. No llegamos con soluciones impuestas, sino que escuchamos, construimos juntos y formamos a personas de la zona para que sean ellas quienes lideren el cambio.
Además, todo el equipo de NASCO Feeding Minds en Ghana está formado por personas locales, profundamente comprometidas con su comunidad. Son ellas quienes supervisan y gestionan todos los proyectos sobre el terreno y garantizan que cada paso que damos se adapte a la realidad de cada entorno.

Habéis recibido recientemente la donación de mobiliario para las aulas por parte de EFPA España. ¿Dónde irá destinado? ¿Con qué fin?
El mobiliario donado por EFPA España se destinará a seguir ampliando y mejorando nuestras instalaciones educativas en Ghana. Concretamente, formará parte de un nuevo espacio que estamos preparando para reforzar nuestra oferta formativa, especialmente en áreas más específicas y avanzadas como la programación y otras competencias digitales.
Este mobiliario permitirá que el alumnado pueda formarse en condiciones dignas y cómodas, lo cual es clave para garantizar una experiencia educativa de calidad.
¿Qué importancia tienen este tipo de donaciones en vuestro día a día?
Muchísima. Cada donación —sea grande o pequeña— tiene un impacto directo. Las organizaciones como NASCO Feeding Minds funcionamos con recursos limitados, así que una colaboración como la de EFPA nos permite multiplicar lo que podemos hacer. No se trata solo de lo material: es también el mensaje de que no estamos solos, de que hay personas y entidades que creen en nuestro trabajo y en el poder de la educación para cambiar vidas.
¿Qué necesita hoy NASCO Feeding Minds para seguir creciendo y llegar a más zonas rurales de Ghana?
Necesitamos más recursos, tanto económicos como materiales, para poder abrir nuevas aulas y formar a más docentes. Pero también necesitamos más aliados: personas, empresas e instituciones que quieran caminar con nosotros, compartir esta visión y apostar por un modelo de cooperación que cree en las personas.

¿Cómo imagináis el futuro de las nuevas generaciones de Ghana si iniciativas como la vuestra se extienden?
Lo imaginamos lleno de posibilidades. Un futuro en el que los jóvenes no necesiten emigrar para tener una vida digna, porque encuentran oportunidades en sus propias comunidades. Donde puedan crear empresas, estudiar carreras universitarias o liderar proyectos sociales gracias a las herramientas digitales que han aprendido a manejar.
En definitiva, un futuro donde el talento ghanés se quede en Ghana para construir un país más justo y próspero.