EFPA España ha presentado su primera microcredencial en Finanzas Sostenibles, bajo el título ESG Fundamentals. Se trata de la primera de una nueva línea de microcredenciales EFPA, orientadas a ofrecer formación continua, flexible y especializada en áreas estratégicas para los profesionales del asesoramiento financiero.
En los informes de las grandes corporaciones, en las recomendaciones de los asesores financieros y en las decisiones de los fondos más influyentes. Sí, los términos “inversión sostenible” y “ESG” están omnipresentes. Y lo están porque los criterios ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) no son una tendencia, tampoco un nicho, sino un nuevo estándar para el análisis financiero actual. Hoy nos preguntamos: ¿por qué comprender el universo ESG es crucial para cualquier asesor financiero e inversor hoy en día?
No es solo medio ambiente, es un enfoque integral: el ADN (ESG)
Uno de los errores más comunes es pensar que la inversión sostenible se limita a lo “verde”. Aunque el componente ambiental es vital, el enfoque ESG es mucho más completo y abarca tres pilares interconectados que ofrecen una visión 360 grados de una empresa (y que son su ADN):
• Ambiental (E): Este pilar evalúa el impacto de una compañía en el medio ambiente. Incluye temas tan relevantes como la gestión del cambio climático, la medición de la huella de carbono y el compromiso con la transición hacia el “Cero Neto” (Net Zero).
• Social (S): Aquí se analiza cómo la empresa se relaciona con sus empleados, clientes, proveedores y la comunidad en general. Es el campo de la responsabilidad social corporativa, que valora desde las condiciones laborales hasta el impacto de sus productos en la sociedad.
• Gobernanza (G): Este pilar se centra en cómo se dirige una empresa. Examina aspectos como la transparencia en las cuentas y la remuneración de los directivos. También las políticas anticorrupción y si los derechos de los accionistas minoritarios son respetados.
La regulación es el gran impulsor, no solo la conciencia
Si bien la conciencia social sobre la sostenibilidad ha crecido, el verdadero motor que está acelerando la adopción de los criterios ESG en el sector financiero es la regulación. Lejos de ser una recomendación ética, integrar la sostenibilidad se ha convertido en una obligación legal. La Unión Europea está detrás de las normativas que están redefiniendo las reglas del juego. Algunos ejemplos clave son:
• El Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la UE, que busca redirigir el capital hacia inversiones sostenibles.
• La introducción de las “preferencias de sostenibilidad” en la normativa MiFID II, que obliga a los asesores financieros a preguntar a sus clientes si quieren que sus inversiones tengan en cuenta factores ESG.
• El Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR), que exige a las gestoras de fondos ser transparentes sobre cómo integran los riesgos de sostenibilidad en sus decisiones.
Esta ola regulatoria no solo crea nuevas obligaciones; redefine la diligencia debida. Para un profesional, ignorar las preferencias de sostenibilidad de un cliente ya no es una omisión, sino un posible incumplimiento de sus deberes fiduciarios.
ESG, es gestión de riesgos, no filantropía
Otro mito persistente es que la inversión ESG es puramente filantrópica. O que, para “hacer el bien”, hay que sacrificar rentabilidad. La realidad es justo la contraria: integrar los criterios ESG es una de las formas más avanzadas de gestión de riesgos (y de apostar por la eficiencia).
Las finanzas modernas han comprendido que los problemas ambientales o sociales pueden convertirse en enormes riesgos financieros. Conceptos como la “doble materialidad” son clave: no solo se analiza cómo la empresa impacta en el entorno, sino también cómo los desafíos del entorno impactan financieramente a la empresa. (Pensemos en una empresa agrícola: su impacto en el entorno es el uso del agua —materialidad de impacto—, pero el impacto del entorno en ella son las sequías cada vez más frecuentes —materialidad financiera—).
Hoy, evaluar los “riesgos climáticos” es una práctica estándar para carteras de inversión, fondos de pensiones y aseguradoras. Ignorar estos factores ya no se considera prudente. Por tanto, la inversión ESG no es una cuestión de idealismo, sino de realismo financiero y de construir carteras más resilientes y preparadas para el futuro.
Existen estrategias y productos concretos
La inversión ESG no es un concepto abstracto o una declaración de intenciones. El mercado ha madurado y hoy ofrece un amplio abanico de estrategias y productos financieros diseñados para aplicar estos principios de forma tangible. Ya no basta con decir que se es “sostenible”; existen metodologías claras para llevarlo a la práctica. Algunas de las herramientas disponibles para los inversores incluyen:
• Estrategias de inversión sostenible claramente definidas, que van desde la exclusión de sectores controvertidos hasta la inversión en empresas líderes en sostenibilidad.
• Productos de renta fija sostenibles, como los bonos verdes o sociales, que financian proyectos con un impacto positivo específico.
• Financiación sostenible tanto para empresas como para clientes particulares, con condiciones ventajosas para proyectos que cumplen ciertos criterios ESG.
El conocimiento especializado en ESG, una exigencia profesional
Como resultado de todo lo anterior —un enfoque integral, una regulación estricta, la gestión de nuevos riesgos y la sofisticación de los productos—, el conocimiento en ESG se ha convertido en una competencia obligatoria. El “sentido común” ya no es suficiente para navegar en este ecosistema.
Para los asesores financieros, entender en profundidad los criterios ESG es hoy tan importante como dominar el análisis de un balance. La regulación les exige poder guiar a sus clientes de manera informada, lo que ha disparado la demanda de formación especializada. Programas como la microcredencial “ESG Fundamentals“ de EFPA han surgido precisamente para cubrir esta necesidad, ofreciendo una base concreta y sólida en un formato ágil, breve y práctico.
ESG Fundamentals: el valor de la microcredencial
La microcredencial ESG Fundamentals representa un compromiso serio con la actualización profesional. Esta formación es válida por 4 horas para su formación continua. Además de obtener estas horas tras completar el curso y el test de evaluación, los asesores tienen la opción de ir un paso más allá.
Tras finalizar el curso, pueden optar por realizar un examen oficial de 30 preguntas con una hora de duración. Si la prueba se supera, se obtiene acceso para descargar la microcredencial en ESG Fundamentals.




























