Esta semana hemos celebrado el Día Mundial del Médico de Familia, una fecha que pone en valor el rol esencial que desempeñan estos profesionales en la atención primaria y cómo la prevención y el seguimiento continuo de la salud son elementos cada vez más relevantes. En este contexto, la planificación financiera entra en juego y lo hace como clave para hacer frente a posibles necesidades médicas sin que los gastos comprometan la estabilidad económica.
Para profundizar en cómo una buena gestión económica puede contribuir al bienestar a largo plazo, entrevistamos a Andrea Carreras-Candi, directora de EFPA España, quien nos ofrece claves para afrontar los gastos sanitarios con responsabilidad y visión de futuro.
¿Por qué es fundamental incluir los posibles gastos sanitarios dentro de una planificación financiera sólida?
Es fundamental porque los gastos sanitarios, por lo general, son imprevisibles y pueden representar un coste muy elevado. Nadie está exento de enfrentar una emergencia médica o una enfermedad crónica, y muchas veces estos eventos llegan sin previo aviso. Si no se ha contemplado financieramente, pueden desequilibrar por completo el presupuesto familiar.
Además, aunque se tenga seguro médico, siempre existen copagos, deducibles o tratamientos no cubiertos, por lo que contar con un fondo destinado a estos fines es una forma de prevenir problemas mayores. También hay que considerar que una enfermedad puede afectar la capacidad de generar ingresos, lo que agrava aún más la situación si no se está preparado.
A medida que envejecemos, los gastos en salud tienden a aumentar, y tenerlos considerados en la planificación nos ayuda a mantener la calidad de vida en el futuro. En definitiva, incluir estos gastos nos da tranquilidad, estabilidad y nos permite enfrentar cualquier situación de salud sin comprometer nuestras finanzas o bienestar.
¿Qué herramientas o productos financieros son más eficaces para protegerse frente a imprevistos médicos?
Existen varias herramientas financieras muy eficaces para hacer frente a los imprevistos médicos. La más importante, sin duda, es el seguro de salud. Contar con una buena póliza médica, adecuada al perfil y necesidades personales o familiares, es la primera línea de defensa. Es fundamental revisar bien la cobertura, copagos, exclusiones y redes de atención.
Otra herramienta clave es el fondo de emergencia. Este debe incluir una reserva destinada específicamente a salud. Idealmente, debería cubrir entre tres y seis meses de gastos básicos, incluyendo posibles gastos médicos no cubiertos por el seguro.
También están los seguros complementarios, como los de enfermedades graves, accidentes personales o invalidez, que ofrecen indemnizaciones directas en caso de diagnósticos específicos. Finalmente, los planes de ahorro o inversión a largo plazo, como cuentas de ahorro para la salud (en países donde existen) o fondos personales, pueden servir como respaldo financiero para cubrir gastos médicos mayores o tratamientos en la etapa de jubilación.
La combinación de un buen seguro, un fondo de emergencia y productos de protección complementaria es la mejor estrategia para afrontar con solidez cualquier imprevisto médico.
Andrea Carreras-Candi, directora de EFPA España
¿Cómo puede un asesor financiero ayudar a una familia o a un particular a prepararse para gastos de salud a largo plazo?
Un asesor financiero, y más si está certificado por EFPA España, puede desempeñar un papel clave en este aspecto. En primer lugar, ayuda a evaluar el riesgo individual o familiar en términos de salud, edad, historial médico y situación laboral, para luego determinar qué nivel de protección es necesario.
A partir de ahí, colabora en la selección adecuada de seguros médicos y complementarios, como los de enfermedades graves, invalidez o dependencia, asegurándose de que la cobertura sea suficiente y esté bien integrada en el presupuesto general.
Además, el asesor diseña un plan financiero a largo plazo que contempla la creación y el mantenimiento de un fondo de emergencia, así como el uso de productos de ahorro e inversión que puedan ser utilizados en el futuro para cubrir gastos médicos importantes, especialmente en la jubilación. En definitiva, el asesor financiero no solo ayuda a prever los gastos de salud, sino que también garantiza que esos gastos no comprometan otros objetivos financieros importantes, como la educación de los hijos o la jubilación.

¿Qué consecuencias puede tener, a nivel económico, no prever adecuadamente los costes sanitarios futuros?
Las consecuencias pueden ser bastante serias. En primer lugar, enfrentarse a un gasto médico elevado sin estar preparado puede generar un desequilibrio financiero importante. Muchas personas terminan recurriendo a créditos o endeudándose para cubrir tratamientos, hospitalizaciones o medicamentos costosos.
Otra consecuencia es la pérdida de patrimonio, ya que, en casos graves, algunas familias se ven obligadas a vender activos, como propiedades o inversiones, para hacer frente a los gastos. Esto compromete su estabilidad financiera a largo plazo y limita las oportunidades de crecimiento económico y seguridad para las futuras generaciones.
Además, si la persona enferma no puede seguir trabajando, se produce una reducción de ingresos, lo que agrava aún más la situación. En estos casos, la falta de planificación puede derivar en una verdadera crisis económica. Por eso es tan importante anticiparse. Prever estos costes no solo protege las finanzas, sino que también ofrece tranquilidad para tomar decisiones médicas sin el peso de la preocupación económica.
¿Qué papel juega la educación financiera en la prevención de riesgos económicos relacionados con la salud?
La educación financiera cumple un papel esencial en la prevención de riesgos económicos vinculados a la salud. Cuando una persona dispone de los conocimientos financieros básicos, comprende mejor la necesidad de planificar, proteger y administrar sus recursos ante posibles imprevistos médicos.
Por ejemplo, una persona con conocimientos financieros sabe que debe contar con un fondo de emergencia, entiende la importancia de contratar un seguro médico adecuado y puede evaluar con criterio distintas ofertas o coberturas. Además, es capaz de prever gastos a largo plazo, como aquellos relacionados con enfermedades crónicas o el envejecimiento.
También permite evitar decisiones apresuradas, como endeudarse de forma poco conveniente o desinvertir en momentos inadecuados. En resumen, la educación financiera no solo permite anticipar los riesgos, sino también minimizar su impacto económico, protegiendo tanto la salud como el bienestar financiero de las personas y sus familias.
En EFPA España disponen de un programa de educación financiera que tiene como objetivo mejorar la cultura financiera de la sociedad. Desde su lanzamiento en 2015, ha formado a más de 45.000 personas en todo el país, consolidándose como una de las iniciativas privadas más relevantes en el ámbito de la educación financiera en España. El programa ofrece talleres gratuitos de finanzas personales dirigidos a colectivos profesionales, asociaciones y universidades. Estos talleres son impartidos por voluntarios certificados por EFPA España, quienes reciben formación específica previa para garantizar la calidad y pedagogía de las sesiones.