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Impacto del Covid19 en el bienestar financiero y en el sistema de pensiones

El Covid 19 ha cambiado muchas cosas. Nuestra forma de trabajar, de relacionarnos, de comprar … ha cambiado también la forma de entretenernos -tiramos más de Neftlix y de videojuegos- y la forma de ahorrar. ¡Eso aún no, pero seguro que va a suponer un punto de inflexión importante! “Impacto del Covid19 en el bienestar financiero y en el sistema de pensiones”.

La crisis del coronavirus va a provocar un aumento del ahorro de los españoles.

En 2009 destinábamos el 14-15% del PIB al ahorro. Son datos del INE. El año pasado ese porcentaje era menor: del 7.5% del PIB porque cuando las cosas van bien destinamos más dinero al consumo y menos al ahorro. ¡Cuando las cosas se tuercen, ahí cuando las cosas se tuercen! Nos volvemos hormiguitas y ahorramos más “por lo que pueda pasar”.

Es lo que pasará previsiblemente en los próximos meses. Ahorraremos más, pero ¿también ahorraremos mejor? Está en nuestra mano.

A día de hoy destinamos la mayor parte de nuestro ahorro financiero a cuentas corrientes y a depósitos. Primamos la liquidez frente a la rentabilidad. ¡Una pena, un grave error que diría mi buen amigo Luca Lazarrini de Banco Mediolanum que insiste en sus charlas en que el producto de más riesgo es el depósito: sí o sí sabes que vas a perder la batalla a la inflación, vas a perder dinero al cabo de los años!

Tenemos que ahorrar pensando en el largo plazo porque la pensión pública sí o sí tenderá a ser más raquítica. Las cuentas no salen.

En España hay 8,8 millones de pensionistas, 3,8 millones de parados, 2,6 millones de funcionarios, más de 3 millones de trabajadores acogidos a un ERTE y apenas hay 20 millones de cotizantes a la seguridad social ¡Solo entre marzo y abril España perdió 750.000 cotizantes a la Seguridad Social!

Más personas en recibiendo prestaciones y menos trabajadores aportando a las arcas conjuntas

El agujero de la Seguridad Social se agranda: el gasto en pensiones se ha disparado: actualmente es el 11% del PIB, cuando la media de la OCDE apenas llega al 7.5%. Gasto que irá creciendo porque aumenta la esperanza de vida -en España 82,5 años- y bajan las tasas de fertilidad: en nuestro país las mujeres tienen de media 1,3 hijos. ¿Y las pensiones? Subiendo: el importe de la pensión media en abril fue de 1.008 euros, un 2% más que el mismo mes del año anterior.

El sistema hace aguas por todas partes y para intentar tapar los agujeros se han puesto parches: se aumentó el número de años cotizados necesarios para acceder al 100% de la pensión; se retrasó la edad de jubilación, se apuntó el periodo para calcular la pensión … pero ¡no es suficiente! Hay que hacer más. ¿Qué? No hay recetas mágicas.

La solución pasa por bajar la pensión pública y aumentar el ahorro privado fomentando los planes de pensiones individuales e impulsando los planes de empleo.

El Covid 19 y sobre todo Europa exigirá -a cambio de esos préstamos y transferencias que nos ha prometido para paliar los efectos sanitarios y económicos del coronavirus- reformas estructurales.

Entre ellas podría estar una reforma del sistema de pensiones ajustando los gastos, es decir, cogiendo toda la vida laboral para calcular la pensión, retrasar aun más la edad de jubilación, ligar esa pensión a la esperanza de vida o al crecimiento de la economía … ¡algo seguro que habrá que hacer!.

Los políticos deberían, sobre todo, ser valientes para acometer esa reforma de las pensiones: fomenta el ahorro privado con desgravaciones y desterrando la idea de que el plan de pensiones es un vehículo de ahorro solo para ricos.

La industria también puede hacer muchas cosas. Puede empezar por desestacionalizar de verdad la venta de planes de pensiones y abandonar esa guerra absurda por robarle clientes a la entidad competidora. Mejorar la gestión, la transparencia  y bajar los costes del vehículo para hacerlo más atractivo a todos los ahorradores: desde que uno tiene su primer trabajo debería abrirse su plan de ahorro para la jubilación ¡Tendría que ser norma!

Y ¿nosotros?

Nosotros como ahorradores y futuros pensionistas deberíamos asumir la responsabilidad individual que nos corresponde para ahorrar. ¡Hay que aparcar las excusas! ¡Que si los planes no son rentables, que si la fiscalidad no es atractiva cuando retiras el dinero, que si son productos ilíquidos, que si prefiero ahorrar en vivienda, que si tengo un sueldo de mileurista …!

O ahorramos cuánto antes, o con la pensión pública “nos comemos los mocos”.  Se trata de ahorrar desde que conseguimos nuestro primer trabajo; tener tan interiorizado el ahorro, que éste sea para nosotros como un recibo más: igual que pagamos todos los meses el recibo de la luz, del gas o la factura del teléfono móvil. No hay excusas, no basta con echar balones fuera: el ahorro a largo plazo y la planificación financiera  es una responsabilidad individual que debe convertirse en una obligación constante y permanente durante nuestra vida.

El reto está ahí y el Covid19 puede cambiar nuestra forma de mirar a futuro. Vemos hoy que somos vulnerables a un virus, un enemigo invisible que ha paralizado a medio mundo y nos ha metido en casa. Esto puede que nos haga más prudentes, más ahorradores, más previsores …

¡El Covid puede ser una oportunidad para la industria de gestión de activos y para el buen asesoramiento financiero! ¡El Covid19 es ya una oportunidad para cada uno de nosotros: somos responsables de nuestro ahorro y debemos coger las riendas desde ya!

Susana Criado,
Periodista especializada en inversión y finanzas. 
Directora de Capital Intereconomía.

Lee resumen “Covid 19: impulsor de megatendencias” por Susana Criado.

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