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Informe sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el sector financiero

Por su novedad y trascendencia, vamos a comentar el borrador de Informe sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el sector financiero, de la influyente Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (ECON) del Parlamento Europeo, elaborado por la ponente Arba Kokalari, que será votado en la sesión del 5 de noviembre de 2025.

Hay numerosos informes sectoriales sobre el impacto de la IA, ya sea sobre aspectos prudenciales de las entidades de crédito, la gestión de riesgo en seguros, la inversión minorista o los fondos de inversión, o sobre materias transversales como el blanqueo de capitales o la protección de datos. Pero este es el primer informe que aborda el impacto de la IA para el conjunto del sector financiero en la Unión Europea.

En concreto, examina el ritmo de adopción de la IA en el sector financiero y el marco normativo, para formular diversas recomendaciones.

Grado de adopción de la IA

El informe destaca que la adopción de la IA en el sector financiero es amplia y diversa, pero limitada a racionalizar procesos administrativos, con uso restringido en los servicios a los clientes. En estos momentos, la IA es un asistente cada vez más utilizado para el cumplimiento normativo y la atención al cliente. Entre los servicios a clientes, el borrador de informe destaca como caso de uso el asesoramiento personalizado.

Por esta razón, el informe no presta atención a los dos casos de uso de alto riesgo de la IA para el sector de los servicios financieros, a saber: el uso de sistemas de IA para la calificación del crédito al consumo y las evaluaciones de solvencia, y su uso para las evaluaciones de riesgos y la fijación de precios de los seguros de vida y de salud. Las entidades financieras están adoptando un enfoque prudente, con una adopción gradual de esta nueva tecnología. De este modo, pueden realizar un seguimiento de los riesgos asociados a la inteligencia artificial, entre los que destacan la calidad de los datos y su gobernanza, los sesgos discriminatorios y la ciberseguridad.

En línea con el informe Draghi, se resalta la dependencia de proveedores extranjeros, que reduce la capacidad de negociación de las entidades, con necesidad de impulsar infraestructuras europeas. Este planteamiento ha sido recogido en el reciente discurso anual sobre el estado de la Unión, Ursula von der Leyen, según el cual el plan consiste en desarrollar la nube y la Ley de IA, pasando por el Quantum Sandbox, sentando así las bases esenciales para la innovación digital europea.

Marco normativo: cumplimiento de la Ley de IA

El sector financiero está muy regulado, y las entidades tienen que abordar el cumplimiento de la Ley de IA en un marco de pluralidad de fuentes.

En línea con las propuestas de simplificación, el informe se preocupa por los solapamientos normativos que dificultan el cumplimiento y crean inseguridad jurídica. La Ley de IA facilita este objetivo al permitir excepciones para el sector financiero cuando ya existan requisitos similares en la normativa sectorial. Frente a las dudas que recoge el borrador de informe, la actuación coordinada de las autoridades financieras europeas (ESAs) es un factor positivo para adaptar los requisitos generales a las especificidades del sector. El objetivo es crear una Unión de Ahorros e Inversiones que incorpore de forma segura las ventajas de la inteligencia artificial. Una asignatura pendiente es hacer compatible Open Finance con las limitaciones de la protección de datos, en un mercado impulsado por las nuevas tecnologías.

Recomendaciones y debate parlamentario

Lo que ha suscitado más atención son las recomendaciones del informe. Propone que el sector financiero, el que más invierte en tecnologías de la información, actúe como “catalizador a la hora de movilizar la inversión privada en IA”. A su vez, pide a la Comisión Europea claridad y orientación en los desarrollos normativos, al objeto de “posibilitar el uso de la IA en el sector”. Advierte del riesgo de adopción de nueva legislación sectorial para regular la IA. Pero no hay un riesgo de sobrerregulación de la IA en el sector financiero.

Los supervisores financieros, en permanente contacto con las entidades, son muy conscientes de la necesidad de incorporar las nuevas exigencias en el actual marco normativo y la conveniencia de aprovechar estas reformas para simplificar las exigencias de la era analógica. Con buen criterio, el informe pide promover una interpretación flexible que facilite la adopción de la IA. Solicita que los supervisores den prioridad a “los riesgos tangibles y operativos, en lugar de a inquietudes abstractas y teóricas”. En su opinión, hay que alejarse de una regulación derivada del miedo. Pero esta advertencia queda algo desfasada, pues los supervisores pisan el terreno y son bien conscientes de las ventajas de la IA, sin desconocer sus riesgos específicos.

El lado humano de la IA

Por último, pero no menos importante, el informe destaca el lado humano de la inteligencia artificial, que depende del talento y de las capacidades humanas. De forma expresa, pide un desarrollo claro de los requisitos de cualificación del personal de las entidades financieras que opera con sistemas de IA. Estas exigencias de cualificación se solapan de algún modo con las que ya exige ESMA en materia de criptoactivos, cuyas directrices bien podrían extenderse a la formación en materia de IA.

Respecto al debate parlamentario, todos los grupos coincidieron en la necesidad de promover los conocimientos y competencias del personal en materia de inteligencia artificial. Las discrepancias surgieron por dejar de lado al cliente. El S&D criticó el texto por pasar por alto los riesgos del uso de la IA en el sector financiero y advirtió sobre las lagunas existentes en la legislación sectorial. Este grupo sugiere incluir una referencia a la responsabilidad y a la reparación de los consumidores.

A su vez, los Verdes también criticaron el informe por restar importancia a los riesgos y sus graves implicaciones para la estabilidad del mercado, la protección de los consumidores y la equidad. Este grupo insta a realizar una evaluación exhaustiva de las deficiencias de la legislación financiera a la hora de abordar los riesgos de la IA y aboga por la introducción de una directiva sobre responsabilidad en materia de IA que cubra la responsabilidad civil.

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