El coloquio organizado por EFPA España dentro del acto de clausura en las Drassanes Reials quiso repasar los grandes cambios producidos en el sector financiero en el cuarto de siglo de vida la asociación. Un cambio muy profundo que da carta de naturaleza al asesoramiento, al control de los productos financieros y a un creciente papel de la Unión Europea.
El último cuarto de siglo, coincidiendo con la trayectoria de EFPA España, ha supuesto una verdadera revolución en el mundo del asesoramiento y la oferta de productos financieros. De ahí que, Rafael Rubio, moderador de este coloquio organizado en el acto de clausura del 25 aniversario de la asociación, introdujera el debate con una anécdota que ilustraba bien el momento: cuando poco antes del año 2000 los inversores se encontraban perdidos y desnortados a la hora de colocar su ahorro, fuera fruto de su trabajo, indemnizaciones o herencias.
Albella y Fernández Ordóñez, invitados de EFPA España
Sebastián Albella, presidente de la CNMV entre 2016 y 2020, y Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España entre 2006 y 2012, subrayaron los hitos más importantes del trascendental cambio producido en torno a tres grandes ejes: avances en el asesoramiento, control de productos financieros comercializados y el futuro del dinero digital.
Dos ponentes con “mucha experiencia, conocimiento y sabiduría acumulada en el ejercicio de sus responsabilidades como servidores públicos”, destacó Rafael Rubio. El objetivo era ambicioso: repasar el pasado y el presente, pero también reflexionar, en palabras del periodista, “sobre lo que va a ser el futuro de las entidades y los mercados financieros”.
Avances y retos en la comercialización financiera
Albella, el primero en intervenir, destacó el progreso significativo en la venta de productos financieros y en el asesoramiento, señalando que el sector ha evolucionado hacia un enfoque más profesional y orientado al cliente. Recordó la Ley del Mercado de Valores de 1988 y el Real Decreto de 1993 que recogía “el deber de los intermediarios financieros, de los prestadores de servicios de inversión, de recabar información sobre la experiencia inversora, los conocimientos, la situación financiera de los clientes a la hora de asesorarles o de comercializarles productos financieros”.
Sin embargo, advirtió que este avance convive con un nivel de regulación “verdaderamente excesivo, desproporcionado”. En este contexto, recordó que Europa está impulsando una “reflexión estratégica a través de iniciativas como la Savings and Investment Union, que buscan simplificar las normas y hacer más atractiva lo que “la jerga llama investment journey”. Esto es, en palabras de Albella, el camino de los inversores hacia los productos de inversión.
Este proceso abre una oportunidad para que los asesores financieros, representados por entidades como EFPA, desempeñen un papel clave en la educación y acompañamiento de los inversores. “Estamos en un momento realmente sugestivo en el que el ejército de asesores financieros formado por EFPA tiene mucho que decir y mucho que aportar”, compartía Albella con el público asistente.
Lecciones de la crisis y el debate sobre la supervisión
La crisis de 2008 fue descrita como “un tsunami de tal calibre que afectó a todos y no hubo supervisor que realmente pudiera hacerle frente”. A pesar de ello, se extrajeron importantes enseñanzas que derivaron en mejoras regulatorias, aunque con un exceso de volumen y detalle.
En cuanto a la supervisión europea, se cuestionó la idea de centralizarla en ESMA, defendiendo en su lugar un modelo coordinado que respete la autonomía nacional, especialmente en los grandes países, y que promueva la convergencia supervisora sin eliminar la riqueza del ecosistema actual.
Liberalización y el futuro del dinero digital
La siguiente intervención, protagonizada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, aportó una visión más estructural: la necesidad de introducir la economía de mercado en el sistema financiero, siguiendo la recomendación de Adam Smith de eliminar protecciones y privilegios. Subrayó que, a diferencia de otros sectores liberalizados, “la banca ha mantenido privilegios incluso reforzados tras la crisis mediante garantías, regulaciones y la intervención masiva en el precio más importante de la economía: el tipo de interés. El banco además ofrece unos medios de pago que no son dinero, que este es el problema. Los depósitos bancarios no son dinero, son promesas de devolver dinero. Tienen un problema de estabilidad”, argumentó Fernández Ordóñez.
Por eso surge la idea del dinero digital público (CBDC o euro digital), que permitiría a ciudadanos y empresas usar dinero del banco central directamente, como hoy el efectivo, reduciendo riesgos y dando libertad de elección.
Aunque esta propuesta enfrentó inicialmente la resistencia del sector bancario, ya cuenta con avances globales, como destacó: más de 120 bancos centrales estudian o han implementado estas monedas, con casos destacados como China e India, y en paralelo crecen las stablecoins, que ofrecen servicios similares a los bancarios, pero sin respaldo estatal.
Un futuro en transformación: conclusiones del 25 aniversario de EFPA España
El coloquio concluyó con una visión optimista: por primera vez se perciben avances hacia la liberalización del sector financiero. La combinación de simplificación regulatoria, innovación tecnológica y nuevos modelos de supervisión abre un escenario dinámico que redefine el papel del Estado, los bancos y los ciudadanos en la economía del futuro.
