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Andrea Carreras-Candi: “La capacidad para adaptarse al cambio es el verdadero valor diferencial”

Valor

Andrea Carreras-Candi, directora de EFPA España, es una de las firmas invitadas de Dirigentes Digital en su sección de análisis. En ella, aborda el valor del aprendizaje y la formación continua de los asesores financieros, y lo enmarca en algunos de los ejes temáticos que recorrerá el programa de EFPA Congress. Una Tribuna que recomendamos y que compartimos íntegramente.

Hoy en día nos enfrentamos a un escenario financiero caracterizado por la incertidumbre y la inestabilidad. Esto unido a cambios en las demandas de los consumidores, hace que las funciones de los asesores financieros deban ir más allá de la simple oferta de recomendaciones de inversión en base al análisis de datos. La integración de las nuevas normativas, nuevos productos de inversión y ahorro, nuevas preferencias de inversión y otras cuestiones que surgen del contexto actual, hacen que estos profesionales hallen en su capacidad para adaptarse a un mundo en constante cambio, el verdadero valor diferencial en su labor.

La adaptación de las nuevas normativas y la comprensión de las nuevas preferencias que demandan los inversores, como por ejemplo las vinculadas con las inversiones sostenibles bajo criterios ESG, no son solo requisitos legales, son también cimientos esenciales para un asesoramiento financiero sólido. Pero estos no son los únicos segmentos en los que los asesores financieros deben estar al día. La psicología del inversor, un componente a menudo subestimado, se convierte en una pieza central del desempeño profesional. Es por ello que la formación que aborda las dinámicas emocionales de los ahorradores y cómo guiarles en base a sus sentimientos, permite a los asesores aconsejar a sus clientes de una forma más eficiente, ayudándoles a tomar decisiones racionales incluso en tiempos de volatilidad e incertidumbre.

El valor de la certificación

Ante un contexto marcado por la inestabilidad, en el que frecuentemente nos encontramos con noticias referidas a conflictos bélicos, problemas de abastecimiento, crisis en los mercados, etc., la formación continua se convierte en un salvavidas para los profesionales. Que los asesores financieros comprendan los nuevos productos del mercado, sepan gestionar de manera efectiva los riesgos y adaptar las estrategias de sus clientes, les posiciona como auténticos profesionales en el sector. Y, para lograrlo, es necesario que estén actualizados a través de todas las opciones que tienen a su disposición, de ahí que las certificaciones con las que cuentan los profesionales tengan la obligatoriedad de mantenerse actualizadas anualmente mediante horas de formación continua (recertificación).

A todo ello se une que, en este proceso evolutivo, la tecnología juega un papel fundamental. En este sentido, la inteligencia artificial aparece en la labor del asesor financiero como una herramienta poderosa que, utilizada correctamente, puede resultar muy beneficiosa para el desempeño de su actividad. Formarse respecto a su funcionamiento y mantenerse al día de las últimas novedades no son las únicas tareas que los asesores deben acometer.

En este ámbito, el valor humano resulta fundamental, por lo que esta herramienta se convierte en una aliada útil desde el momento en el que se integra sin olvidarnos de la necesidad de su mejor uso del toque humano. Estar atentos a las informaciones que se publiquen respecto al tema, analizar los datos ofrecidos por encuestas e investigaciones y reflexionar acerca de las oportunidades y desventajas de esta tecnología son algunos de los aspectos que ayudarán al profesional a incorporarla de una manera óptima.

Identificar el cambio

Los asesores bien formados son capaces ya no solo de identificar cuándo puede ocurrir un cambio en los mercados y las oportunidades que surjan, sino de responder a ellos rápidamente y adaptar las carteras de sus clientes para reducir los riesgos y maximizar los beneficios. Estas habilidades se adquieren, en gran medida, gracias a la formación y el aprendizaje. Además, si esta formación es reglada y de calidad dotará al profesional de un factor que lo diferencie y reconozca, y esto se debe a que las certificaciones no solo demuestran competencias, sino también un compromiso constante por parte del asesor con la máxima excelencia y la mejora continua.

Es indudable que la formación continua para asesores financieros, no ha de interpretarse únicamente como una obligación, debe ser entendida como la clave para ofrecer a sus clientes un buen devenir en la gestión de sus finanzas.

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