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Perspectivas económicas y financieras en el entorno actual

A partir de la crisis del Covid en 2020 los Bancos Centrales y los gobiernos comenzaron con políticas fiscales y monetarias decididamente expansivas. Este hecho ha provocado que la recuperación económica pueda ser calificada como un gran éxito, con una salida de la crisis en forma de V.

No obstante, una hiperestimulación de la economía, unida a una oferta que por diversos motivos (cuellos de botella, precio de la energía, etc.) no ha podido satisfacer la demanda, ha provocado una situación inflacionista no conocida desde hace décadas. La inflación, que hace un año parecía algo temporal, se está tornando en algo más permanente de lo que muchos analistas pronosticaban.

Ante esta situación inflacionista a los Bancos Centrales no les queda más remedio que actuar y comenzar con el tapering, esto es, el endurecimiento de la política monetaria. A su vez, la retirada de estímulos monetarios e incremento de tipos de interés nos llevan a un riesgo evidente de recesión económica. Desde hace unos meses surge el fantasma de la estanflación, fenómeno que tiene su mejor ejemplo en los años 70.

A pesar de que el riesgo de estanflación no es hoy el escenario económico central para la mayor parte de los analistas, sí es cierto que la economía occidental se está ralentizando de manera notable. La crisis de Ucrania, además, ha favorecido a que el entorno sea de mayor inflación y menor crecimiento.

Comportamiento de los mercados

Desde inicios de 2022 los mercados de renta variable y renta fija han tenido muy mal comportamiento, las principales bolsas caen un 15%-18%.  Ambos tipos de activos (bonos y bolsa) han reflejado el incremento de tipos de interés y las incertidumbres actualmente existentes.

Son especialmente relevantes las caídas en renta fija, por ejemplo, el bono alemán a 10 años paga actualmente un +1,51% y comenzó el año con una rentabilidad del -0,18%. El bono español al mismo plazo paga un +2,77% cuando al inicio del año su rentabilidad era del +0,56%.

Muchos inversores tienen preocupación y cierta sensación de fin de ciclo (por primera vez en mucho tiempo los tipos de interés suben de forma rápida y los bancos centrales están cambiando su sesgo monetario).

Por un lado, la inflación, que sigue en tasas muy elevadas, resta capacidad adquisitiva a las familias, y por otro, fuerza los citados bancos centrales a tener una política monetaria más restrictiva.

Es precisamente el miedo a una recesión lo que ha provocado las caídas abultadas a principio y mediados de mayo.

No obstante, los resultados empresariales están siendo mejor de lo esperado. Terminados de conocer los datos del primer trimestre, las empresas del S&P 500 aumentan un +9,5% los beneficios y un +13,1% las ventas. Las empresas europeas (medidas por el Stoxx 600) aumentan un +10,3% los beneficios y un +24,8% las ventas.

Las caídas bursátiles, unidas al incremento de los beneficios, están provocando que los múltiplos de valoración (por ejemplo, el ratio que compara precio y beneficios, denominado PER) se están abaratando de forma notable.

Perspectivas de los mercados financieros

Dada la situación de incertidumbre, es fácil construir un mensaje de negativismo en los activos de riesgo. No obstante, puede haber razones para un cierto optimismo.

Muchos inversores no se alinean con las tesis catastrofistas sobre la economía, y piensan que lo más probable es un aterrizaje suave del crecimiento económico.

En este escenario, unido con un control progresivo de la inflación, la renta variable tiene valor.

A pesar de ello, en el corto plazo seguirá existiendo volatilidad. Dado que las opciones y posibilidades de evolución de la economía son varias, según los inversores asignen pesos a los diferentes escenarios los mercados se moverán en una dirección u otra.

En el momento en que los mercados interioricen que no existirá recesión brusca, y que la inflación comience a remitir, podemos asistir a unas revalorizaciones de cierta envergadura en los mercados bursátiles.

No obstante, tácticamente, seguramente la mejor decisión de los inversores debe ser la prudencia y, sobre todo, es importante no tomar decisiones drásticas o poco meditadas sobre cambios importantes en carteras de clientes correctamente perfilados. Hay que recordar que la paciencia es el mejor activo del que dispone un inversor.

Renta fija

Respecto a la renta fija, muchos analistas llevan tiempo siendo negativos. Ahora, sin ser positivos, algunos bonos pagan rentabilidades que pueden empezar a ser correctas.

A pesar de ello, es poco probable que los mercados de bonos asistan a revalorizaciones en precio, sino que más bien, comprar en el momento actual bonos puede ser tenido en cuenta por la rentabilidad que ofrece el activo vía cupón.


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