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10 lecciones de Roubini para comprender el presente y futuro de la economía global

Nouriel Roubini ha analizado la economía global y estadounidense con una mirada crítica, rigurosa y, por qué no decirlo, sorprendentemente optimista viniendo del economista conocido como Dr. Doom. Más allá del miedo a la recesión, la deuda o la caída del dólar, la verdadera fuerza reside en la innovación y la tecnología, capaces de transformar mercados y acelerar el crecimiento. Estas diez lecciones condensan la visión de Roubini, compartida el pasado 13 de noviembre en el 25 aniversario de EFPA España, ofreciendo un mapa entre riesgos y oportunidades que nos permite comprender cómo se está construyendo el futuro económico del mundo hoy.

1. La recesión no es inevitable

Roubini subraya que, a pesar de los temores por aranceles elevados y políticas controvertidas de Estados Unidos, la recesión ni local ni global es inminente. Factores como la disciplina de los mercados, la independencia de la Reserva Federal y la intervención de asesores económicos limitan el riesgo de un colapso. Señala que la economía global enfrenta una desaceleración de crecimiento, pero esta no implica una recesión profunda, sino un ajuste económico controlado y temporal.

2. La tecnología supera a los aranceles

El economista enfatiza que la innovación tecnológica tiene un impacto mayor en el crecimiento que las políticas proteccionistas. La IA, la computación cuántica, la biotecnología, la energía de fusión y los vehículos autónomos representan oportunidades que pueden impulsar la productividad y la competitividad. Incluso ante aranceles moderados, la adopción tecnológica permite mantener el crecimiento potencial y asegura que Estados Unidos continúe liderando en sectores estratégicos, fortaleciendo su economía frente a shocks externos.

3. El excepcionalismo estadounidense continúa

Roubini rechaza la idea de que Estados Unidos haya perdido su excepcionalismo económico. Con el crecimiento proyectado entre el 3% y el 4% gracias a la tecnología, la inversión y políticas fiscales estratégicas, la economía estadounidense mantiene ventajas competitivas sobre Europa y otras potencias. Esto significa que el rendimiento del mercado bursátil y el atractivo de las empresas estadounidenses seguirán siendo sólidos, y que el liderazgo global en innovación se mantendrá, reforzando la fortaleza del país en el mediano plazo.

4. Los mercados no están en burbuja

A pesar de la caída temporal del Nasdaq y el S&P por las amenazas arancelarias, Roubini asegura que no hay una burbuja financiera comparable a la de 2000 o la subprime. El mercado refleja correcciones normales frente a riesgos políticos y económicos, pero se sostiene sobre fundamentos sólidos, incluyendo innovación tecnológica y productividad. Las caídas son ajustes cíclicos, no colapsos estructurales, y el auge de la IA y otras tecnologías continuará generando oportunidades de inversión significativas, con ganadores y perdedores claros.

5. La deuda es manejable con crecimiento

El economista explica que la deuda estadounidense, aunque alta en términos absolutos, es sostenible si el crecimiento económico supera las proyecciones históricas. Con un crecimiento potencial cercano al 3-4 %, el ratio deuda/PIB podría estabilizarse o incluso disminuir, evitando crisis financieras. Señala que las medidas de austeridad no son la solución principal; aumentar el denominador mediante productividad, inversión y tecnología resulta más efectivo para sostener la deuda pública, garantizando estabilidad fiscal y confianza de los mercados en el mediano plazo.

6. El dólar mantiene su privilegio global, según Roubini

Roubini sostiene que el dólar estadounidense conservará su rol como moneda de reserva a pesar de las críticas y la percepción de que se utiliza como arma geopolítica. La combinación de crecimiento, excepcionalismo económico y la capacidad de Estados Unidos para atraer inversión extranjera asegura la estabilidad de la moneda. Aunque pueda haber fluctuaciones a corto plazo, la estructura global y la confianza en la economía estadounidense mantienen la demanda del dólar, consolidando su posición frente al euro, el yuan o alternativas digitales emergentes

7. La inversión impulsa déficits positivos

Según Roubini, los déficits por cuenta corriente y fiscales no siempre son negativos; cuando financian inversión productiva, permiten un crecimiento acelerado. La economía estadounidense puede aprovechar capital extranjero y ahorro interno para potenciar sectores estratégicos, como la tecnología, energía y biotecnología. Esto genera un efecto multiplicador, donde los déficits son herramientas para financiar innovación y desarrollo, asegurando que el país no solo mantenga su competitividad, sino que consolide su liderazgo global a través de un uso inteligente de recursos financieros externos.

8. Roubini sostiene que los riesgos persisten, pero no dominan

Roubini reconoce riesgos como aranceles, políticas fiscales expansivas, inflación o tensión geopolítica, pero los considera controlables gracias a la disciplina de los mercados y la reacción rápida de las instituciones. La economía global está preparada para ajustes, y Estados Unidos, por su tamaño y credibilidad, puede absorber shocks temporales sin caer en recesión. La clave está en la gestión prudente de políticas y la capacidad de adaptarse a cambios, mitigando los riesgos antes de que se materialicen de forma crítica.

9. La IA y la innovación son motores de crecimiento

La adopción de inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes está transformando industrias enteras y aumentando la productividad. Roubini enfatiza que estas innovaciones permiten alcanzar tasas de crecimiento más altas, generar empleo especializado y crear nuevas oportunidades económicas. El impacto no se limita a Estados Unidos; la difusión tecnológica beneficia a otros países, incluso si no lideran la innovación, promoviendo un crecimiento global más equilibrado y potenciando el desarrollo económico en mercados emergentes y sectores tradicionales mediante herramientas digitales avanzadas.

10. Optimismo cauteloso de Roubini sobre el futuro

Finalmente, Roubini cierra su ponencia con un mensaje de optimismo medido. Reconoce riesgos y desafíos globales, pero destaca la capacidad de adaptación, la inversión tecnológica y la resiliencia de los mercados como factores positivos. La economía mundial no está condenada al estancamiento ni a la recesión profunda; por el contrario, el crecimiento puede acelerarse y generar beneficios significativos a largo plazo. La combinación de innovación, políticas fiscales inteligentes y disciplina del mercado ofrece un horizonte prometedor si se gestionan correctamente los riesgos existentes.

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