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El futuro del trabajo y la tecnología

La digitalización, la globalización y la crisis del Covid19  han provocado cambios radicales en la forma en que vivimos y trabajamos. Cambios que hasta ayer estaban ganando momentum, pero que ahora se están acelerando más allá de todo lo que podríamos haber imaginado. ¿Cuál es el futuro del trabajo y la tecnología?

Cambios radicales en la forma en que vivimos y trabajamos

Estos cambios plantean, multitud de preguntas esenciales sobre la naturaleza y la precariedad de nuestros trabajos, el apoyo disponible en caso de no poder trabajar o acceder a una jubilación justa, las habilidades que necesitamos para los trabajos actuales y futuros, la calidad de esos trabajos y qué voz tenemos para dar forma a estos resultados.

Para responder a estas dudas, multitud de institutos, organismos internacionales y consultoras están realizando diversas estimaciones sobre la importancia que tendrá la automatización en la fuerza laboral existente.

McKinsey, por ejemplo, calcula que alrededor de la mitad de las actividades por las que se paga a las personas a nivel mundial, podrían teóricamente automatizarse utilizando tecnologías actualmente probadas.  

Aunque menos del 5% de los trabajos podrían ser completamente automatizados, alrededor del 60% verán al menos un tercio de sus actividades potencialmente automatizadas, lo que implica transformaciones sustanciales en el lugar de trabajo.

A su vez, un estudio del mes de Junio de 2019 de Oxford Economics sobre lo que realmente significa la automatización para los trabajos y la productividad, sugiere que los robots podrían asumir más de 20 millones de trabajos fabriles en todo el mundo.

Al margen de la tecnología pura y dura, otros fenómenos recientes ya han trastornado por completo el mutable, de por sí, marco de relaciones laborales

El más destacable, sin duda, ha sido el de la generalización de la denominada como “economía colaborativa” que ha transformado los fundamentos de lo que significa ser un trabajador en el mercado laboral actual.

El nacimiento de formas de trabajo tan radicalmente novedosas y de consecuencias tan amplias, cambiarán la naturaleza del trabajo durante los próximos años, pero también el que los trabajadores de prácticamente todas las industrias tendrán que prepararse en consecuencia.

Desde el frente tecnológico, diferentes desarrollos; como el uso de los datos, la inteligencia artificial o el aprendizaje automático ya están mediatizando nuestra comprensión de lo que es y será el trabajo en paralelo a una contribución primordial de la sensibilidad, eficiencia y productividad de la automatización laboral.

La incertidumbre sobre el futuro del trabajo es una preocupación internacional que está siendo abordada por diversos organismos multinacionales, Así, tanto las Naciones Unidas como la Oficina Internacional del Trabajo han definido una serie de dimensiones adicionales que influirán, en gran medida, sobre el futuro del trabajo.

Las principales dimensiones que influirán serán:

  1. La destrucción de puestos de trabajo que se acelerará con el ritmo actual de cambios tecnológicos.
  1. El aumento de las formas atípicas de empleo en todo el mundo (temporal, trabajo a tiempo parcial,  trabajo agencial a corto plazo o el autoempleo) que generará serias preocupaciones sobre la seguridad laboral y la calidad de las condiciones laborales.
  1. Una mayor, pero poco negociable, flexibilidad de los trabajadores y ahorros de costes empresariales. Particularmente si dichos acuerdos laborales están exentos de las contribuciones a la seguridad social y otros beneficios para los empleados.
  1. Una creciente falta de seguridad, protección y certeza jurídica asociada con el trabajo por encargo. Seguirá siendo un área gris durante algún tiempo y provocará un temor creciente de que la desigualdad continúe empeorando, a medida que los hogares de ingresos más bajos puedan terminar teniendo más dificultades para adaptarse al nuevo mundo del trabajo y perpetuar un círculo vicioso de desigualdades cada vez mayores.
  1. Respecto a protección de los trabajadores, el uso cada vez mayor de máquinas industriales y la globalización que harán cada vez más difícil para los sindicatos regular el trabajo. Todo ello en un marco, según la OIT, de intensa  migración y envejecimiento de la mano de obra y con el el impacto de la transición a la economía verde en el empleo como desafíos específicos para el diálogo social y las relaciones laborales en el futuro.

Un futuro lleno pues de enormes retos y soluciones complejas que no obstante se ha actualizado a marchas forzadas a causa de la pandemia, forzando la adaptación de  empresas y consumidores hacia una  transformación de sus hábitos y rutinas laborales.

Pandemia Covid-19

Pero la pandemia no solo ha dejado sin trabajo a millones de personas,  sino que la combinación de trabajos que han surgido de esta crisis probablemente sea marcadamente diferente de la composición de los que se perdieron.

Las personas con los ingresos y el nivel educativo más bajos se han visto afectadas de manera desproporcionada, lo que dificulta el logro de un crecimiento inclusivo y aumenta potencialmente la desigualdad de ingresos, como afirmó recientemente la consultora McKinsey.

Entre los cambios más profundos, como resultado de la pandemia, se encuentra:

El trabajo híbrido

Otorga más autonomía y flexibilidad a los trabajadores con respecto a dónde y cuándo prefieren trabajar, en lugar de la rutina típicamente reglamentada de trabajar en el país.

La mayoría de las empresas ya han adoptado algún tipo de política de trabajo remoto y todas las encuestas empresariales apuntan hacia tasas superiores al 50% de empleados trabajando de forma remota a tiempo completo, en un futuro inmediato.

Entre los empleados, de manera similar, existe una percepción creciente de que el trabajo híbrido se convertirá en una forma permanente de trabajar, con más del 50% que creen que trabajarán desde casa más que en el pasado incluso una vez que las cosas comiencen a regresar a la normalidad después del Coronavirus.

De hecho, ya estamos viendo que las empresas adoptan el modelo híbrido durante la pandemia al designar días específicos durante los cuales los empleados deben estar en la oficina, por ejemplo, para reuniones en persona y otros ejercicios de colaboración y creación de equipos, mientras que durante el resto de la semana, pueden trabajar desde casa.

Desde una perspectiva de productividad, es probable que haya una gran demanda de:

En cuanto a los empleadores, tendrán que pensar en realizar las mejores inversiones para garantizar que los empleados no solo sean altamente productivos y receptivos, sino que también estén lo suficientemente cómodos y satisfechos con sus nuevos entornos de trabajo.

El trabajo del futuro

El trabajo del futuro se parecerá bien poco al que estábamos acostumbrados, se perderán puestos de trabajo, otros se adaptarán y surgirán nuevas oportunidades.

Lo central será que entre todos: trabajadores, empresarios, sindicatos y organismos internacionales convirtamos el futuro en una oportunidad para  poner poniendo a las personas en el centro de la transformación laboral y así, contribuir a la creación de mundo laboral más justo e inclusivo.


Échale un ojo al perfil profesional de Carlos de Fuenmayor.

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