Cada diciembre, la celebración del Gordo se convierte en un ritual colectivo en España. No es solo una cuestión de dinero: es ilusión compartida y, para algunos pocos agraciados, algún sueño que otro hecho realidad. Precisamente por esa carga emocional, desde EFPA España insisten: es importante conocer qué implica ganar un premio más allá del momento de euforia. Aquí algunos consejos.
Antes del sorteo: proteger el décimo
El décimo es un documento al portador: cobra quien lo tiene. Guardarlo en un lugar seguro y evitar pérdidas es esencial. Nada de dejarlo en bolsillos, carteras que cambian de uso o lugares poco habituales. ¡Especialmente si estás celebrando que ha tocado!
Participaciones claras para evitar conflictos
Cuando el número es compartido, basta con una prueba sencilla pero inequívoca: una foto del décimo enviada al grupo, indicando quién participa y con qué importe. Este pequeño gesto puede evitar discusiones y problemas legales posteriores.
Cuando toca premio: confirmar y mantener la calma
Antes de celebrar, hay que comprobar el premio en fuentes oficiales (web o app de Loterías y Apuestas del Estado, o medios acreditados). Conviene proteger el décimo y evitar decisiones impulsivas, anuncios precipitados en redes o compromisos económicos “por adelantado”.
Celebrar sí, improvisar no
Las primeras horas son de vértigo. Lo más sensato es dejar pasar un tiempo antes de pensar en compras, regalos o inversiones. Reflexionar con calma sobre el uso del dinero ayuda a evitar errores difíciles de corregir.
El cobro del premio: un trámite sencillo
Los premios de hasta 2.000 € se cobran en cualquier administración. Para importes superiores, basta acudir a un banco autorizado con el décimo. Si es compartido, lo recomendable es que todos los ganadores acudan juntos para asegurar un reparto transparente.
Fiscalidad clara y sin sorpresas
Los primeros 40.000 € están exentos y el resto tributa al 20%, una retención que se aplica automáticamente al cobrar el premio. No hay que pagar nada más en la declaración de la Renta. Documentar bien los décimos compartidos evita que Hacienda considere el reparto como una donación.
Después de cobrar el premio: pensar a largo plazo
La verdadera diferencia no está en ganar, sino en gestionar bien lo ganado. Una vez pasada la euforia, es el momento de planificar: reducir deudas, reforzar el ahorro, definir objetivos y, si el premio es relevante, apoyarse en asesoramiento financiero profesional para transformar la suerte en estabilidad duradera.