Hablar de dinero sigue siendo, para muchos, un terreno incómodo y sobrevolado por algún mito que otro. Sin embargo, la creciente conciencia social y el impulso institucional pero también privado parecen estar marcando un punto de inflexión. Conversamos con Jordi Martínez, coordinador del Programa EFPA de Educación Financiera y moderador de una de las mesas redondas que tendrán lugar en la jornada conmemorativa que EFPA España ha organizado en el Congreso de los Diputados bajo el título “La importancia de la colaboración público-privada en el fomento de la educación y la inclusión financiera”.
En esta mesa participarán representantes de la CNMV, el Banco de España, la OCDE y distintos grupos parlamentarios, en un diálogo que pondrá en valor la cooperación entre el sector público y privado para fortalecer la cultura financiera en la sociedad. Antes de moderar este encuentro, Martínez comparte su visión sobre los desafíos, avances y oportunidades que tiene España en materia de educación financiera.
¿Cuáles son los principales obstáculos que impiden que los españoles adopten hábitos financieros saludables y qué estrategias podrían ayudar a cambiarlos?
El primer obstáculo es la falta de conocimientos financieros; es difícil hacer algo que nadie nos ha explicado cómo se hace. Por otro lado, hablar de dinero sigue siendo el último de los tabúes, y eso también dificulta aprender de nuestro entorno. Por último, existe una cierta mitificación de que las finanzas son muy difíciles, lo que a veces sirve de excusa para no profundizar más en el tema.
¿Qué señales detecta que indican un cambio en los hábitos financieros de los ciudadanos y su relación con el dinero y cómo podemos aprovecharlas para que la educación financiera sea atractiva y útil?
Creo que hay momentum: las instituciones parecen alineadas con la sociedad en la necesidad de mejorar las competencias financieras de todos los colectivos. El pasado 30 de septiembre la Comisión Europea presentó la Estrategia de Educación Financiera, y espero que pueda ser un impulso para proyectos como el de EFPA, que siguen creciendo y ayudando a cada vez más personas.
De todas las iniciativas internacionales que conoce, ¿cuál le ha sorprendido más y cree que podría aplicarse con éxito en España?
He tenido la suerte de formar parte del jurado de los MAIA Awards, unos premios internacionales para proyectos de educación e inclusión financiera, y debo decir que no tenemos mucho que envidiar. El Programa EFPA es una muy buena práctica en cuanto a educación financiera para colectivos y universitarios. Y si miramos a los más jóvenes, el Programa EFEC, en el que también colaboran voluntarios de EFPA, es una referencia a nivel internacional.
Si tuviera que señalar algo que no tenemos y que sería necesario, mencionaría un museo de educación financiera. Tuve la suerte de visitar el de Turín y me pareció una gran idea.
¿Qué objetivos estratégicos deberían guiar la colaboración entre autoridades, bancos y asociaciones como EFPA en los próximos años?
La colaboración público-privada es esencial para llevar la educación financiera a toda la ciudadanía. Las autoridades pueden y deben guiar estratégicamente, además de ser excelentes coordinadores. Las entidades financieras tienen mucho que aportar, especialmente a través del conocimiento y el tiempo de sus empleados. Y si lo hacen de la mano de asociaciones como EFPA y otras entidades sin ánimo de lucro, llegarán con mejor acogida, gracias al rigor y la independencia que podemos aportar.
¿Hay algún error o mito financiero recurrente que le gustaría desmentir alrededor del dinero y la educación financiera, y qué consejo ofrecería a los ciudadanos para evitarlo?
Últimamente hablo mucho de bienestar financiero, y me doy cuenta de que mucha gente lo asocia a tener un salario alto. Y no: el bienestar financiero consiste en saber en qué se nos va el dinero, poder hacer frente a un imprevisto y mantener las deudas bajo control, entre otras cosas. Por eso, aconsejo hacer un presupuesto personal y crear un fondo de emergencia para imprevistos.
¿Qué nuevos temas o tendencias, como las criptomonedas, la digitalización o la inteligencia artificial, deberían incorporarse en la educación financiera en los próximos años?
Probablemente las tres cuestiones que mencionas nos conducen a la educación digital para prevenir el fraude. Se realizan muchas campañas dirigidas a los mayores para evitar que caigan en estafas digitales, pero creo que deberíamos ampliar el enfoque y ofrecer talleres de ciberseguridad a toda la población. Cada vez los engaños son más sofisticados.
Hablando de dinero… Si tuviera que dar un solo consejo financiero a familiares, amigos y ciudadanos en general, ¿cuál sería?
Cuando inviertas para alcanzar tus objetivos vitales, ten siempre en cuenta las comisiones, la inflación y los impuestos. A menudo hacemos cálculos y proyecciones olvidando estos tres factores, lo que puede generar frustración entre los inversores.

