Tomar las riendas de un equipo consolidado y, al mismo tiempo, afrontar el desafío de crecer en una nueva zona geográfica no es tarea fácil. Hablamos con Jaime García, nuevo responsable de la Zona Noreste en Banco Mediolanum, sobre su experiencia en estos primeros meses, los objetivos de su etapa actual y su visión sobre el valor de un asesor financiero personal.
¿Cómo están siendo estos primeros meses en Banco Mediolanum?
Están siendo meses muy enriquecedores. Tomar el relevo de Juan, que ahora ejerce como director comercial, es un desafío enorme y, a la vez, un privilegio. Él dejó el listón muy alto en esta zona, y eso me impulsa a dar lo mejor de mí. Además, a nivel personal, supone un sacrificio dejar a mi familia en Sevilla. Estar lejos de ellos multiplica el esfuerzo, pero merece la pena por el reto y la experiencia, y, sobre todo, porque cuento con todo su apoyo incondicional.
¿Cuáles son sus principales objetivos a corto y medio plazo en su nueva etapa en Banco Mediolanum?
La hoja de ruta es clara: continuar desarrollando el modelo de Banco Mediolanum, que se distingue por la cercanía y por poner a las personas en el eje de todo. En la Zona Noreste, que abarca Cataluña, Aragón, Islas Canarias y Baleares, queremos aumentar la base de clientes sin descuidar a quienes ya confían en nosotros, ofreciéndoles un acompañamiento constante en cada momento de su vida financiera.
Paralelamente, también es prioritario reforzar a nuestro equipo de Family Bankers y atraer talento que comparta nuestra filosofía de servicio. En definitiva, se trata de crecer de manera equilibrada, preservando siempre la calidad y la confianza.
¿Qué habilidades y aptitudes consideras imprescindibles en un asesor financiero?
Un asesor financiero debe combinar varias facetas. Por supuesto, necesita dominar la parte técnica: conocer los productos, entender los mercados y manejar los aspectos legales y fiscales. Pero también debe moverse con soltura en el entorno digital, aprovechando el potencial de las herramientas y tecnologías que facilitan el día a día.
Sin embargo, lo que marca la diferencia es la dimensión humana: la empatía, la escucha activa, la transparencia y la capacidad de comunicar de forma sencilla lo complejo. Solo así se logra crear vínculos de confianza duraderos con los clientes.
Desde Banco Mediolanum, ¿qué mensaje le darías a quienes aún no confían en el valor de tener un asesor financiero personal?
Les diría que, en un contexto como el actual, contar con un acompañamiento experto es una necesidad. Nos enfrentamos a mercados cambiantes, con tasas de inflación superiores al 2% y a una sobrecarga de información que, a veces, genera confusión. Un asesor ayuda a ordenar todo eso, a planificar con rigor y a tomar decisiones con perspectiva. Es lo que permite pasar de la improvisación a la construcción de un futuro financiero sólido y a disfrutar de tranquilidad.
Una lección o consejo financiero que siempre tiene presente…
Más que uno, tres pequeñas pautas, muy sencillas pero esenciales: contar siempre con un colchón financiero que cubra los imprevistos; diversificar en función de los objetivos personales y no de los productos; y mantener la disciplina, huyendo de las modas pasajeras.
Un libro o autor al que le guste recurrir…
¡Varios! El inversor inteligente, de Benjamin Graham, que me acompaña desde los inicios de mi carrera, y Los cuatro pilares de la inversión, de William Bernstein, que me ha servido mucho para transmitir la importancia de la diversificación a mis clientes. Fuera del ámbito financiero, Sapiens, de Yuval Noah Harari, que invita a reflexionar sobre de dónde venimos y cómo hemos evolucionado como seres humanos.
¿Qué desafíos o retos considera que van a marcar el asesoramiento lo que queda de año?
A nivel general, seguir reivindicando la importancia del asesoramiento financiero como herramienta esencial para el bienestar de las familias. En lo concreto, debemos continuar promoviendo la educación financiera y acompañar a cada cliente desde la cercanía y la empatía. Solo así lograremos que más personas comprendan que tener un plan financiero estructurado es decisivo para vivir con tranquilidad y confianza.

