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Crecimiento e inflación: razones para preservar el poder adquisitivo del ahorro

inflación

Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó la previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de España al 2,9% en 2025, situando al país como la economía avanzada con mayor ritmo de expansión. No obstante, este crecimiento se produce en un entorno complicado, ya que la inflación sigue siendo un desafío.

A la vista de este escenario dual —crecimiento económico junto a presión de precios—, los ciudadanos deben ser conscientes de los riesgos que presenta y comprometerse con la protección de su patrimonio. Como señaló Margaret Thatcher, la inflación puede actuar como una “ladrona invisible”, erosionando silenciosamente el valor del dinero si no se toman medidas para preservarlo.

Crecimiento con ‘peros’

El FMI ha revisado al alza sus estimaciones para España, gracias, en parte, a la robustez del consumo interno, el buen desempeño del sector servicios y la inversión relacionada con los fondos europeos. En contraste, la economía de la eurozona apenas alcanzaría un 1,2% de crecimiento en 2025, lo que refleja la posición diferencial de España dentro del bloque.

Perspectiva europea

Más allá de España, el FMI advierte sobre los riesgos que enfrenta la eurozona. La lentitud en la toma de decisiones y las prioridades nacionales divergentes dificultan una mayor integración de los mercados de trabajo, capital y productos.

Tal y como advierte, si no se impulsan reformas estructurales y medidas de consolidación fiscal, la deuda del bloque podría alcanzar en promedio el 130% del PIB para 2040, lo que exigirá ajustes significativos. En este contexto, el crecimiento a largo plazo depende de políticas coordinadas y de la capacidad de los Estados miembros para implementar cambios que fortalezcan la estabilidad económica de la región.

Inflación: últimos datos

A pesar de las previsiones positivas que el FMI proyecta para España, la inflación sigue siendo relevante. En septiembre de 2025, el Índice de Precios de Consumo (IPC) interanual alcanzó el 3%, según el INE. El Banco de España prevé una tasa media anual del 2,4% para 2025, con una progresiva moderación hacia 2026.

En la eurozona, la inflación interanual repuntó hasta el 2,2%, alejándose del objetivo a medio plazo del BCE del 2%, y marcando el mayor encarecimiento del coste de la vida desde abril. Según Eurostat, en el conjunto de la UE la inflación interanual alcanzó 2,6% en septiembre, desde el 2,4% en agosto, el incremento más alto desde febrero.

En España, el crecimiento sólido convive con el alza de precios, que puede erosionar lentamente el poder adquisitivo del ahorro si no se toman medidas preventivas.

¿Por qué proteger el ahorro frente a la inflación?

La inflación funciona como un “impuesto invisible”: si el dinero no genera rentabilidad real (superior a la tasa de inflación), el poder de compra se deteriora. Incluso con un crecimiento moderado y una inflación del 2–3%, basta que los rendimientos reales sean negativos para que el ahorro “se disuelva” con el tiempo.

No existen recetas infalibles, pero sí principios claros para preservar el poder adquisitivo: diversificación de inversiones, identificación de activos más resistentes a la inflación, etc. Pero más allá de estas prácticas, hay un denominador común: la gestión activa respaldada por un profesional financiero certificado.

Contar con un asesor cualificado permite adaptar las estrategias a la situación de cada inversor, sus objetivos y su perfil de riesgo, ofreciendo un marco sólido para tomar decisiones informadas y proteger la rentabilidad del ahorro a largo plazo.

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