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Anna Pons (OCDE): “Hoy es una excelente oportunidad para intercambiar opiniones sobre los avances en educación financiera”

Educación financiera

A los 15 años, solo uno de cada cinco estudiantes españoles sabe qué es la diversificación o el interés compuesto. Y muchos jóvenes inversores aprenden sobre finanzas en redes sociales antes que en clase. Así lo destaca Anna Pons, Senior Policy Analyst en la OCDE, quien hoy participa en la jornada celebrada en el Congreso de los Diputados, con motivo del 25.º aniversario de EFPA España. Con una visión global, Pons subraya la importancia de fortalecer la colaboración público-privada, impulsar la educación financiera desde la escuela y preparar a las nuevas generaciones para tomar decisiones informadas en un entorno digital en constante cambio.

¿Cómo valora la jornada celebrada en el Congreso de los Diputados?

Este evento constituye una excelente oportunidad para intercambiar opiniones sobre los recientes avances en educación financiera. La diversidad de los actores representados en el acto refleja el enfoque inclusivo y multisectorial que promueve la Red Internacional de Educación Financiera (INFE) de la OCDE para impulsar la alfabetización financiera a nivel mundial. Foros como este son esenciales para compartir experiencias, alinear esfuerzos y garantizar que las estrategias nacionales evolucionen al ritmo de las cambiantes realidades financieras.

Además, este evento, que conmemora el 25.º aniversario de EFPA, es una valiosa ocasión para reconocer el importante papel que desempeñan los asesores financieros a la hora de ayudar a las personas a tomar decisiones informadas y orientarse en un entorno de opciones cada vez más complejo.

Desde la OCDE, ¿qué buenas prácticas internacionales destacaría en materia de colaboración público-privada para impulsar la educación financiera?

Mejorar las competencias financieras requiere un esfuerzo colectivo y transversal. La Recomendación de la OCDE sobre Competencias Financieras, adoptada por el Consejo de la OCDE en 2020, ofrece orientaciones valiosas para ayudar a los gobiernos, autoridades públicas y partes interesadas relevantes a diseñar, aplicar y evaluar políticas eficaces de educación financiera.

Esta recomendación señala que las estrategias exitosas son aquellas que reúnen a gobiernos, organismos reguladores, autoridades educativas y actores del sector privado dentro de marcos de gobernanza claros, que garanticen la coordinación, la transparencia y la confianza de los consumidores.

En cuanto a buenas prácticas para fomentar la colaboración público-privada, los mecanismos formales que incluyen a representantes del sector privado —como los consejos consultivos— pueden contribuir a respaldar las estrategias nacionales, evaluar necesidades y oportunidades, y movilizar recursos de manera eficiente. Asimismo, pueden elaborarse códigos de conducta que aseguren que la participación del sector privado en la educación financiera responda a objetivos de interés público y evite posibles conflictos de interés.

Al diseñar y ejecutar programas específicos de educación financiera, es fundamental distinguir claramente entre las actividades comerciales y las educativas, de modo que ninguna iniciativa promueva productos o servicios financieros concretos. Los programas deben regirse por los principios de imparcialidad, objetividad, calidad y equidad, y someterse a evaluaciones periódicas que garanticen tanto su impacto como su rendición de cuentas.

¿Qué recomendaciones concretas haría a España y al conjunto de Europa para avanzar en la inclusión financiera, especialmente en un contexto marcado por la digitalización y la aparición de nuevas generaciones de inversores?

Avanzar en la inclusión financiera en la era digital exige integrar la alfabetización financiera digital y la protección del consumidor en las estrategias nacionales más amplias de inclusión y educación financiera.

Este esfuerzo debe comenzar desde edades tempranas, incorporando la alfabetización digital y en inversiones en los currículos escolares, y asegurando que los estudiantes aprendan a tomar decisiones financieras informadas y responsables. En la evaluación PISA 2022 de competencias financieras, los estudiantes españoles de 15 años obtuvieron una puntuación ligeramente inferior a la media de la OCDE (486 frente a 498 puntos). La brecha socioeconómica fue notable: los alumnos con mayores ventajas obtuvieron, en promedio, 73 puntos más que sus compañeros desfavorecidos, lo que pone de manifiesto la importancia de reforzar la educación financiera en los centros escolares como medio para fomentar una mayor inclusión financiera.

Además, solo uno de cada cinco estudiantes de 15 años en España declaró haber aprendido conceptos clave de inversión como el interés compuesto (21%), la diversificación (19%) o la rentabilidad (18%), y seguir sabiendo qué significan. Esto refuerza la necesidad de fortalecer la educación financiera desde una edad temprana.

Un enemigo de la educación financiera en estas generaciones es la desinformación financiera…

Las nuevas generaciones de inversores también plantean oportunidades y desafíos. Un reciente estudio de la OCDE para la Autorité des Marchés Financiers (AMF) de Francia reveló que los nuevos inversores —en su mayoría jóvenes y con menor experiencia— tienden a depender en gran medida de las redes sociales para obtener información financiera y, con frecuencia, sobrestiman sus conocimientos. Muchos se sienten atraídos por productos de alto riesgo, incluidos los criptoactivos: el 54% de los nuevos inversores encuestados manifestó haber invertido en criptomonedas.

Para ofrecerles un mejor apoyo, la OCDE recomienda fomentar el uso de fuentes de información fiables y diversas antes de invertir; fortalecer los conocimientos financieros, especialmente sobre productos complejos y de alto riesgo; ayudar a los inversores a comprender su perfil y ajustar sus decisiones a su tolerancia al riesgo; y aumentar la concienciación sobre fraudes y estafas en los mercados digitales.

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