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Acelerar la transformación digital frente a la creciente presión de las ciberamenazas

Con motivo del Día Mundial de los Bancos (4 de diciembre), ponemos el foco en los retos y oportunidades que afronta el sector financiero ante la presión de las ciberamenazas. La ciberseguridad se ha convertido en el pilar fundamental para garantizar la confianza del cliente y la estabilidad del sistema, especialmente ante la entrada en vigor de normativas como DORA que redefinen la resiliencia operativa.

La digitalización del sector financiero en España avanza a gran velocidad, pero este progreso trae consigo un incremento significativo en los riesgos de ciberseguridad. Las entidades se enfrentan a un entorno donde la resiliencia digital ya no es opcional, sino una exigencia estratégica marcada por la entrada en vigor del Reglamento DORA (Digital Operational Resilience Act).

Un nuevo marco regulatorio que redefine la seguridad

Como ya hemos abordado en la revista, DORA representa un punto de inflexión para la industria financiera. Un “escudo europeo frente a las ciberamenazas en el sector financiero”. En concreto, obliga a las organizaciones a integrar controles avanzados de ciberseguridad, monitorización continua de riesgos, planes de respuesta a incidentes y supervisión estricta de proveedores tecnológicos críticos.

“DORA no es solo un requisito regulatorio, es un catalizador que obliga a elevar la resiliencia digital a un nivel estratégico y transversal. Las entidades ya no pueden limitarse a reaccionar; deben anticipar y gestionar el riesgo de forma continua”, afirma Raúl Guillén, Cybersecurity Strategy Evangelist en Trend Micro Iberia.

España, en el foco de las ciberamenazas

Informes recientes sitúan a España entre los países europeos más afectados por ciberincidentes, con el sector financiero como uno de los principales objetivos. A esto se suma el aumento de brechas en la cadena de suministro, un punto crítico que DORA exige supervisar con rigor. “Estamos viendo superficies de ataque más amplias, más distribuidas y altamente interconectadas. Sin visibilidad total y sin capacidades de detección y mitigación automatizadas, las entidades quedan expuestas”, advierte Guillén.

Los grandes desafíos de la ciberseguridad financiera

  1. Expansión de la superficie de ataque
    La adopción de plataformas digitales, servicios en la nube y modelos colaborativos multiplica los activos expuestos, especialmente cuando intervienen proveedores externos y fintechs.
  2. Cumplimiento normativo y gobernanza del riesgo
    DORA exige fortalecer la gobernanza digital, automatizar auditorías y controles, supervisar a terceros y demostrar resiliencia con trazabilidad completa.
  3. Impacto de la inteligencia artificial
    Aunque la IA mejora la eficiencia, también introduce nuevas vulnerabilidades, desde ataques a modelos generativos hasta fraudes sofisticados. La seguridad debe integrarse desde el diseño.
  4. Migración a la nube
    La búsqueda de agilidad impulsa la adopción de entornos híbridos, pero gestionar identidades distribuidas y datos sensibles requiere mayor visibilidad y automatización.
  5. Sistemas legacy
    Su obsolescencia aumenta la exposición a vulnerabilidades, por lo que su modernización progresiva es clave para la resiliencia operativa.

Ciberamenazas, un reto estratégico con oportunidades

“El sector financiero español tiene por delante una transformación estratégica en materia de ciberseguridad. Los desafíos son numerosos, pero también lo es la oportunidad de consolidar un modelo de seguridad resiliente, proactivo y plenamente alineado con DORA y el resto de los marcos regulatorios. La clave está en anticipar, automatizar y proteger cada capa del ecosistema digital para sostener la confianza del cliente en un entorno cada vez más complejo”, concluye Guillén.

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